La festividad patria del 20 de noviembre es una de las celebraciones que más transformaciones ha recibido, inició como la conmemoración de una gesta que pretendía “la igualdad, el fin de la tienda de raya, el reparto de la riqueza agraria” y muchos etc. Pasó a ser durante varias décadas un desfile deportivo y ahora de forma esporádica, el recurso para hacer manifestaciones políticas paralelas al desfile.
¿Por qué de revolucionario derivó a deportivo?
Después de cien años ya no somos revolucionarios, el campo muere y los campesinos emigran; los latifundios cambiaron de manos; los ferrocarriles agonizan; la tienda de raya cambio a tienda departamental ligada a ventas con dinero de plástico; y este año el colmo, el puente del “20” fue de “Buen Fin”.
¿Qué celebramos los mexicanos el 20 de noviembre?
Un cambio de régimen, donde murieron muchos mexicanos y muchas fortunas cambiaron de manos, sin embargo la pobreza y el analfabetismo continuó y en forma proporcional, es mayor actualmente que hace una centuria.
De acurdo a la UNESCO en “México existen casi cinco millones 800 mil personas mayores de 15 años analfabetas, de las cuales 3.5 millones son mujeres, la mayoría de Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas”, ese 61% son mujeres que son madres o serán madres y educarán a sus hijos ¿cómo lo harán?
¿Cómo lograrán ayudar a sus hijos para que estudien y no abandonen la escuela?
La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova dice que…“la alfabetización es un derecho humano fundamental y constituye la base del aprendizaje a lo largo de toda la vida. Por su capacidad de transformar la vida de las personas, la alfabetización resulta esencial para el desarrollo humano y social UNESCO“, buena referencia si consideramos a los estudiantes de México que se han estado manifestando en este aniversario revolucionario por diversos motivos en contra de lo establecido y acompañando los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa aun en la ausencia, presentes al reclamo.
El reclamo legítimo de los diversos sectores es empañado ante la violencia arbitraria de los encapuchados; los anarquistas no respetan ni a los que dicen representar.
¿Realmente la violencia pondrá fin a la violencia?
¿Reclamar que Peña Nieto renuncie arreglará o devolverá a todos “los Ayotzinapa” del país?
No lo hemos visto reaccionar en “su mejor papel”; no ha actuado como podríamos esperar de un Presidente elegido mediante las urnas; pero su elección fue una decisión que todos los mexicanos tomamos, igual que los habitantes de Ayotzinapa cuando eligieron a Abarca para su presidente municipal.
El reclamo en el Zócalo fue justo, las manifestaciones de violencia de los encapuchados es injusta, nos denigran a todos, si el reclamo es legítimo ¿por qué cubrir el rostro?
¿Qué hay detrás de ellos?
No solo los 43 normalistas han perdido la vida, muchos más la han perdido y millones más viven al borde, muriendo en vida. No solo es el reclamo por los estudiantes, este país debe emprender “acciones de ya” para el…”2% de la población de México que vive por debajo del umbral internacional de pobreza fijado por el Banco Mundial,…del 33% de la población de México que vive en la pobreza moderada y el 9% vive en la pobreza extrema”… esos son muchos millones de mexicanos.
Que el 42% de 120, 000,000 de la población en México viva bajo la línea de pobreza nacional, son muchos mexicanos en una manifestación silenciosa que debe ser oída por todos: el reclamo de una alimentación, educación de calidad, salud y empleo para una subsistencia, no de riqueza, de bienestar social.
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