Después de muchos desvelos, innumerables dudas, siembra de informaciones sospechosas, afanes y errores, aciertos y esfuerzos, los XXII (Vigésimo-segundos) Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 (JCC) terminaron exitosamente, con la declaración del señor Héctor Cardona, Presidente de la Odecabe, de que fueron los mejores que se han realizado en la historia de esta competencia.
Coinciden con esa apreciación el presidente del Comité Olímpico Mexicano, nuestro gran amigo Carlos Padilla Becerra, y el Director de la Comisión Nacional del Deporte, el legendario clavadista Jesús Mena:
“Los de Veracruz han sido los mejores Juegos Centroamericanos que haya habido”.
Culminaron también los Juegos con el júbilo de millones de veracruzanos, que ganaron ya intensos momentos de expectación en las competencias, ya buenos dividendos por trabajar en alguna parte de la organización o por el cobro de servicios, ya la promoción de sus negocios de cualquier tamaño a nivel internacional, ya la certeza de que somos el pueblo más alegre del mundo pero también el más culto, el más artista, el más hospitalario.
Y es que con estos Juegos se consolidó universalmente la idea de que “Sólo Veracruz es bello”.
Cuando las cosas empiezan bien… El inicio de los JCC no pudo ser más asombroso, fastuoso, inenarrable, emotivo, perfecto (los adjetivos no son míos, sino de comentaristas de la televisión internacional que así calificaron la ceremonia inaugural en el Pirata Fuente). Se aprovechó la oportunidad, y así Veracruz mostró y presumió al mundo las joyas de su historia, su tradición indígena, su cultura, su arte, el ímpetu de su juventud, la fuerza de su presente, la promesa de su futuro próximo y próspero.
En el recuentro de logros, ahora se reconocen muchos padres y muchos participantes, y eso es bueno porque dimos la muestra de que en esta tierra sabemos trabajar en equipo, somos insuperables para innovar y podemos situarnos al nivel de los mejores del mundo.
No faltarán los enojados de siempre que se sulfuren porque se le reconoce al gobernador Javier Duarte de Ochoa que haya logrado sacar limpios los juegos y porque los veracruzanos involucrados dieron lo mejor de sí. Lástima por ellos, pero la seguridad fue impecable, las instalaciones resultaron magníficas, las competencias transcurrieron sin incidentes y los deportistas pasaron unos días maravillosos entre nosotros.
(En plan de criticar, no faltarán los que digan que falló el compañero Ricardo Maza de Protección Civil ¡porque algunos días hubo mal clima!).
Terminados nuestros magníficos Juegos, queda en adelante recoger los frutos de las victorias deportivas, ahondar en la promoción profunda que tuvo nuestro hermoso estado y, sobre todo, aprovechar las instalaciones nuevas y las remozadas para convertir nuevamente a Veracruz en la gran potencia deportiva de México.
Felicidades a todos nosotros.
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