Como la Ley de Murphy, «Si algo puede salir mal, saldrá mal», pero en el caso del país las cosas se tornan muy mal. Y no es cosa de ponerse pesimistas el camino que conduce al 2015 es lúgubre y no tiene visos de que podría mejorar. El renombrado “Decálogo” del Presidente no resultó la toma de acción que todos esperábamos de él, esperábamos más fuerza en las propuestas contra la ingobernabilidad de algunos Estados, más en unos que en otros como Guerrero y Michoacán.
Las promesas de las bondades del petróleo que prometían que, una vez aprobadas las reformas de Ley y se iniciaran las licitaciones del sector petrolero, todo sería cantar; pero el mercado internacional no siguió el guion de los pronósticos para el auge mexicano. El precio sigue bajando y las posibilidades para una recuperación económica para el próximo año se alejan rápidamente.
¿Ahora qué pasará, solo seremos dueños de una parte del depreciado petróleo?
Las fluctuaciones de las divisas internacionales ponen en serio riesgo a los millones de mexicanos que viven al día y el dinero de plástico es parte de su gasto, los intereses bancarios iniciaran su ascenso en compañía de la inflación. No es porque gastemos los mexicanos en dólares, euros o rublos, la economía mundial nos arrasará como un aluvión, con deudas departamentales impagables de consumos a 6, 12, 18 o toda la vida.
Y volvemos al principio ¿Qué pasa realmente en el país? ¿Alguien no está haciendo su “chamba”?, las protestas y airadas manifestaciones le echan toda la culpa a Peña Nieto.
¿Pero y las autoridades locales dónde están?
¿Las deudas locales de estados y municipios? algunas probablemente impagables durante muchas generaciones no fueron decisiones tomadas por el gobierno federal. Fueron decisiones irresponsables de los gobiernos estatales y municipales.
Los candidatos con antecedentes no fue culpa de Peña Nieto, fue de los partidos y de todos los que votamos por ellos. Nuestra responsabilidad como ciudadano es votar por la mejor opción que venga acompañada de una vida de probidad y responsabilidad moral en sus actos.
La justicia al más puro estilo del “Viejo Oeste” esa si es culpa de Peña Nieto, él debe poner al orden a sus gobernadores, ya sean elegidos, interinos o “solo estoy de adorno” sobre los hechos violentos que se suceden dentro de sus entidades. Y los Presidentes Municipales no son un adorno “corta listones” o “para inauguraciones”, ellos son la figura política más cercana al pueblo; el cumplimiento de la Ley empieza con ellos y el pueblo espera de ellos una conducta ejemplar.
Las manifestaciones violentas que todos los días vemos en noticias por los diversos medios son de atropello y violencia y ahora las víctimas y los victimarios todos emplean la intimidación para imponerse, todos se trasforman en violadores de la Ley.
Si Peña Nieto tiene una culpa, es que debe poner orden no solo a los infractores de “a pie”, debe hacerlo con los que no están haciendo su trabajo, ni cumpliendo ni haciendo cumplir la Ley, es lo que esperamos del Presidente.
Los grupos armados de Michoacán iniciaron su camino a la violencia defendiéndose de los que violaban la Ley, se fue el gobernador sin ninguna responsabilidad, vino un interino y sigue sin responsabilidad, para eso tiene un “vicegobernador” el cual se la pasa en reuniones y no se fincan responsabilidades y existen tres poderes todos con responsabilidad, esto no es cosa de esperar, hay competencias muy claras de responsabilidades.
Ahora los “buenos” se pelean en plena calle a tiros y como en la fiebre del oro, jugándose a tiros el territorio.
Algo falla.

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* Zeus le da al hombre para regir sus ciudades Aidós q Díke (conciencia moral y justicia).