Pos nada, que ya estamos al final del año y el principio del otro. A ver cómo nos va ahora… Sálvese quien pueda… O lo que es lo mismo, cada quien que se rasque como pueda. Suena a valemadrismo, a chingadera, pero si en esas estamos desde hace mucho tiempo, sobreviviendo con la indiferencia en la frente.
En fin. Si Dios nos lo permite, ya habrá tiempo de comentar lo que vaya sucediendo en 2015. Por lo pronto, les dejo estos versos de Jaime Sabines, pa’ que le vayamos pensando o lo que quieran, mis lectores (as) fans. Un abrazo. Versifica Sabines:
“Pasa el lunes y pasa el martes
y pasa el miércoles y el jueves y el viernes
y el sábado y el domingo,
y otra vez el lunes y el martes
y la gotera de los días sobre la cama donde se quiere
dormir,
la estúpida gota del tiempo cayendo sobre el corazón
aturdido,
la vida pasando como estas palabras:
lunes, martes, miércoles,
enero, febrero, diciembre, otro año, otra vida.
La vida yéndose sin sentido, entre la borrachera y la
conciencia,
entre la lujuria y el remordimiento y el cansancio.

Encontrarse, de pronto, con las manos vacías,
con el corazón vacío
con la memoria como una ventana hacia la obscuridad,
y preguntarse: ¿qué hice?, ¿qué fui?, ¿en dónde estuve?
Sombra perdida entre las sombras,
¿cómo recuperarte, rehacerte, vida?

Nadie puede vivir de cara a la verdad
sin caer enfermo o dolerse hasta los huesos.
Porque la verdad es que somos seres débiles y miserables
y necesitamos amar, ampararnos, esperar, creer y afirmar.
No podemos vivir a la intemperie
en el solo minuto que nos es dado.

¡Qué hermosa palabra “Dios”, larga
y útil al miedo, salvadora!
Aprendamos a cerrar los labios del corazón
cuando quiera decirla,
y enseñémosle a vivir en su sangre,
a revolcarse en su sangre limitada.

No hay más que esta ternura que siento hacia ti,
engañado,
porque algún día vas a abrir los ojos
y mirarás tus ojos cerrados para siempre.
No hay más que esta ternura de mí mismo
que estoy abierto como un árbol,
plantado como un árbol, recorriéndolo todo.

He aquí la verdad: hacer las máscaras,
recitar las voces, elaborar los sueños.
Ponerse el rostro del enamorado,
la cara del que sufre,
las faz del que sonríe,
el día lunes, y el martes, y el mes de marzo
y el año de la solidaridad humana,
y comer a las horas lo mejor que se pueda,
y dormir y ayuntar,
y seguirse entrenando ocultamente para el evento final
del que no habrá testigos”.

De cinismo y anexas

Leo en estos días a Hugo Hiriart, sus libros Capitán Nemo. Una introducción a la política y El arte de perdurar. Una probadita de Capitán Nemo…: “Los buenos políticos son los que miran a largo plazo, entran a fondo en la comprensión de los problemas y asumen riesgos, pero reduciéndolos, gracias a que no descuidan los cambios en la coyuntura. Pueden y deben a veces zigzaguear, pero no pierden el rumbo y la meta. En la política no hay grandeza sin riesgo, ni éxito sin oportunidad”. Ahí les hablan.
Por lo pronto, ahí se ven.