El diálogo es la base de la política. Sustento del quehacer que aún da paso a la razón. El mes pasado el Congreso Local tuvo momentos de tensión. Pero no por el debate parlamentario, que de por sí es apasionado, sino por el Sindicato de trabajadores que emplazaba a tomar las instalaciones. Hoy la historia es otra.

El diálogo calmó las pasiones y los trabajadores, a través de su representación sindical, aceptaron el incremento del cuatro por ciento al salario. Tal y como lo marcan los parámetros federales y estatales. Es decir, aunque se quisiera más, simplemente no se puede.

Así será en lo que resta del año para todo el sector laboral formal. No habrá aumentos superiores al mencionado líneas arriba. Cierto, no es justo, pero tampoco se puede dar lo que no se tiene. Y aquí se podría abrir la discusión…

El caso es que después de los desaguisados, dimes y diretes, las partes se sentaron en la mesa y acordaron lo mejor para todos. Así de fácil se solucionan los problemas cuando hay forma de resolverlos. Y en esta vida lo único que no tiene solución es la muerte.

Pero aparte del porcentaje de aumento al salario en forma directa, un puntaje similar se da a las prestaciones de las y los empleados del Poder Legislativo. Lo que suma un ocho por ciento de aumento en forma neta. Nada mal, para empezar el año.

Ahora a lo que sigue. Eso implica mantener la estabilidad dentro de este Poder de Estado, baluarte de la representación de nuestra sociedad. Fortalecer nuestras instituciones implica hacerlo con nuestra sociedad.

Ahora, a mirar lo que viene. Nos faltan más de 300 días en los que tendremos que trabajar y esforzarnos si queremos lograr nuestros objetivos. Cumplir nuestras obligaciones nos permite –con la frente en alto– exigir nuestros derechos.

Bien lo dijo el tesorero de la LXIII Legislatura, Serafín Hernández Sagaón: “Conforme a la instrucción del diputado Juan Nicolás Callejas, se aumentará las gratificaciones al personal que gana menos, para ir compensándolo, de acuerdo con la revisión de puestos y actividades. Qué mejor regalo de Día de Reyes, que informar el resultado de esta negociación, que favorecerá a los empleados de este Poder. De todo corazón, les deseo lo mejor para este 2015”.

La referencia es porque el 6 de enero se dio a conocer la noticia a la base trabajadora de la soberanía estatal.

Debo destacar la madurez del dirigente sindical, José de Jesús Rodríguez Hernández, que antepuso cualquier interés personal al compromiso que tiene con sus compañeras y compañeros de trabajo, quienes le han refrendado el voto de confianza para que siga representándolos.

Y como buena historia, el final feliz es para todos.

Agradezco su tiempo y paciencia hacia estas líneas. Le deseo un excelente inicio de semana y sólo me resta invitarlo para que nos leamos en la próxima entrega.