La vida puede ser cíclica o en una constante espiral, depende de cómo la viva cada quien. Pero en la función pública la vida abre y cierra ciclos, y ahí nada podemos hacer. El Congreso veracruzano cerró y abrió uno nuevo: el cambio de su Presidencia de la Mesa Directiva. Mejor dicho, de su Presidenta.

Terminó el tiempo de Anilú Ingram, quién buscará ser Diputada Federal. Inició el momento de Octavia Ortega Arteaga como Presidenta del Congreso. Dos mujeres y dos estilos de trabajar diferentes. Claro, dentro de la institucionalidad y respeto a la diversidad de ideas que confluyen en la Legislatura.

Eso lo tiene claro la nueva Presidenta, quien “se suma a la dinámica actual de la LXIII Legislatura y al esfuerzo de cada uno de mis compañeros diputados, porque sigo siendo su amiga. Aunque hoy tengo mayor responsabilidad, mi objetivo es trabajar de la mano con ellos, con total comunicación y cordialidad”.

Así debe ser, porque independientemente de la responsabilidad que cada uno tenga internamente, la diputación es la expresión del sufragio popular. Cada uno y cada una es igual de importante que sus pares, y cada quién representa una fracción de nuestra población.

Es de llamar la atención que sean dos mujeres quienes, hasta el momento, presidan uno de los poderes del Estado. Esto refleja, en mi opinión, la presencia y fortaleza que hemos ganado en los espacios de decisión. Sin duda, algo digno de celebrar.

La nueva Presidenta tiene claro el trabajo coordinado que debe realizar. De ahí el reconocimiento explícito que hace del diputado presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Nicolás Callejas Arroyo: “Siempre ha sido respetuoso de la forma de pensar de los demás, lo que es clave en una democracia, siempre privilegiando el consenso en la toma de decisiones y asuntos que se someten a consideración del Pleno Legislativo”.

Se empieza bien 2015, en relación con los espacios ganados por las mujeres en nuestro estado. Ahora habremos de esperar los resultados que tenga la diputada Octavia Ortega, porque ella es una más de las que ensanchan la brecha para las próximas generaciones.

Por fortuna o por desgracia, aún prevalecen ciertos resquemores en relación con el trabajo público y profesional que podemos desempeñar. No es secreto que muchas mujeres ganan menos que sus iguales masculinos. Es decir, mismo trabajo, misma responsabilidad, pero diferente sueldo.

“La palabra clave es el respeto, sobre todo a la ideología política de cada Diputado, porque cada uno piensa diferente en el plano político, pero al final de cuentas buscamos mejorar la calidad de vida de los veracruzanos, y en ese reto vamos todos juntos”, dice Octavia.

Iniciamos un ciclo y todo comienzo es bueno, porque nos genera expectativas de superación. No por competencia entre nosotras, sino porque estamos obligadas –como cualquiera– a mejorar siempre el trabajo que nos antecede, al asumir una responsabilidad.

Un abrazo fraterno a la nueva Presidenta, deseándole éxito en su encomienda.

Por hoy es todo. Tenga un excelente día y nos leemos en la próxima entrega.