En estas mismas páginas publiqué “Nigeria, el gigante africano” (11/06/2014), donde planteo los cambios profundos que están teniendo lugar en este país de África, a pesar de que subsisten problemas graves, entre ellos la actividad del grupo yihadista Boko Haram.

Paul Collier, profesor de Economía en Oxford y codirector del Centro para el Estudio de las Economías Africanas, y Acha Leke, director de McKinsey en África, en “La otra Nigeria” (Reforma 06/08/2014) ofrecen su visión de lo que ahora ocurre en el gigante de África.

Ellos destacan el sólido historial económico de Nigeria en la última década y hacen referencia a un estudio de McKinsey, que asegura tiene potencial para convertirse en una de las 15 economías más grandes del mundo para el 2030. En la actualidad ocupa el lugar 26, con un PIB de 510,000 millones de dólares, que es el más grande de África.

La economía de Nigeria, con 170 millones de habitantes, se estima crezca a 6% anual entre el 2013 y el 2030, lo que aumentaría su PIB a 1.6 billones de dólares anuales y en ese mismo tiempo saldrían de la pobreza 30 millones de personas según Collier y Leke.

Los autores ofrecen datos duros para echar abajo ciertas “creencias” que todavía existen sobre Nigeria. Así, si bien es cierto que es el más importante productor de petróleo de África, está lejos de ser una economía petrolizada. El petróleo representa sólo 14.0% del PIB, que es importante, pero habla de una economía diversificada y compleja.

El crecimiento de Nigeria es muy estable y está desvinculado de los planes del gasto público y de vaivenes de los precios del petróleo. En los últimos cinco años (2010-2014) el PIB ha crecido de manera sistemática entre 6 y 7% anual, sobre todo por aumento de la productividad.

Nigeria cuenta con un mercado de consumo en aumento que impulsa el crecimiento de la economía. Se estima que para el 2030, más de 34 millones de hogares, con 160 millones de personas, ganen, en promedio, 7,500 dólares al año. Esto implica parar de un consumo anual de 388,000 millones de dólares a 1.4 billones de dólares. Se provoca un círculo virtuoso del crecimiento del PIB, del ingreso y del consumo.

El futuro del país es promisorio, refieren Collier y Leke, pero es también evidente que en los próximos años se requiere invertir más y de forma más eficiente en educación y salud. Es necesaria una reforma en la tenencia de la tierra que amplíe la frontera agrícola, pero sin deforestar y también que los productores agrícolas obtengan una porción mayor del ingreso de sus ventas.

En el marco de la nueva realidad de Nigeria, en noviembre del 2014, China anunció una inversión de 12,000 millones de dólares, para construir la línea ferroviaria costera de 1,402 kilómetros, que unirá Lagos, la capital, con Calabar. Hay que dar seguimiento al desarrollo nigeriano y de toda África. Los viejos y tradicionales esquemas para entender lo que ahí sucede ya no funcionan.

Twitter: @RubenAguilar