Hay una frase que me encanta y HOY la parafraseo: “Un hombre sabio puede equivocarse y sentarse en un hormiguero; pero sólo un ‘endejo… ¡Se queda sentado en él!”
Lo anterior me deja la moraleja, de la sabiduría que anida de manera excepcional en los personajes populares, siempre plenos de ingenio, de sentido de vida, de amor al origen y de un agradable humor, salpicado de sana picardía. En ellos se trasluce un espíritu festivo colmado de alegría y de gozo de vida.
Nuestros personajes vibran en lo más íntimo de su ser, con un singular estilo de vida que ilumina su entorno, son las raíces y entrañas de una comunidad, con su desaforado genio e ingenio, nos ayudan a apreciarnos ante el espejo de la vida y conocernos nítidamente, en ellos está un fragmento de la sabiduría del colectivo social.
En el histórico y hermoso Municipio de Padilla, Tamaulipas, hay muchos personajes, uno de ellos lo fue “Cacato”, clásico ejemplo de perseverancia política.
En fin viejo sabio, se reía consigo mismo y contaba que intentó muchas veces llegar a ser Presidente Municipal de Padilla. La primera vez vendió un número considerable de vacas, para reunir fondos para su pre-campaña política. Se gastó todo el dinero y no alcanzó su objetivo.
Pasado el tiempo, nuevamente quiso ser alcalde y recurrió a la venta de vacas y toros de registro, para reunir dinero para su campaña. Nuevamente fracasó gastando todo el dinero, mismo que no recuperó.
La tercera ocasión, en la búsqueda de su aspiración política, sacrificó más ganado y entonces sí logró ser candidato. Con la experiencia política acumulada, hizo una amplia e intensa campaña, Ejido por Ejido, casa por casa.
La votación fue copiosa a su favor, ganando con amplio margen a sus opositores. El 31 de diciembre en un evento masivo rindió la protesta de ley, entrando en funciones el primero de enero.
Una vez investido como Presidente Municipal, hizo audiencias públicas y realizó la primera gira de trabajo por el Ejido el Corpus. Los ejidatarios, –sus amigos y aliados en la pre-campaña– después de felicitarlo le dijeron:
–– “Cacato”, como ya te diste cuenta, por las lluvias el camino de terracería está lleno de baches, es intransitable… ¡Está bien jodido! te solicitamos que nos eches la mano dándole una emparejadita.
–– ¡Momento ‘abrones! –contestó “Cacato”– Yo he gastado ‘ingo de dinero, en esto de las pre-campañas a la Presidencia… ¡Primero, déjenme darme una emparejadita yo!”
Otra anécdota de “Cacato”, me la contó mi sabio y querido amigo Don Enrique Cárdenas González: “En una de las giras del Presidente José López Portillo, siendo gobernador del Estado Don Enrique, la clase política en pleno lo acompañó a recibir, a tan distinguido visitante al aeropuerto “Pedro J. Méndez” ubicado en Güémez.
Por un lado se encontraban los Senadores, por otro los Diputados Federales y Locales, también los Funcionarios Federales y Estatales, empresarios, líderes sindicales y sociales y no podían faltar los 43 Presidente Municipales.
Después de las salutaciones en el aeropuerto, en el camión, ya rumbo a Ciudad Victoria, el Presidente López Portillo, muy satisfecho por tan cálida bienvenida y por tan masiva convocatoria, pregunta al gobernador:
–– Y aquí entre nosotros Enrique ¿Cuál de todos tus Presidentes Municipales es el más inteligente?
Don Enrique, con su peculiar forma de pensar le respondió:
–– ¡Hombre, Señor Presidente!, es difícil decirle cuál es el más inteligente de los Presidentes Municipales, todos son muy capaces… ¡Por algo llegaron ahí! pero sí le puedo decir ¡cuál es el más ‘endejo!
Intrigado el Presidente cuestionó de nueva cuenta:
–– ¿Cuál es?
–– “Cacato”, el Presidente Municipal de Padilla, –dice Don Enrique– que puso a su esposa como tesorera municipal. ¡NO’MAS DE AHÍ SÁQUELE, SEÑOR PRESIDENTE!”
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