De las muchas deficiencias que tenemos como sociedad está la de ocupar la vía pública como propiedad privada. Basta caminar por nuestras calles para darnos cuenta de lo dicho. Las banquetas son ampliaciones de negocios de diversa índole: carnicerías, verdulerías, cafeterías, tiendas de ropa, pescaderías, etcétera.
Los mismo pasa con el arroyo vehicular. La gente “aparta” sus espacios con sillas, huacales, garrafones vacíos, tiras de mecate y anuncios agresivos pintados en el frente del hogar. Es la nueva fisonomía de la Atenas Veracruzana.
Si sólo fuera molestia para los peatones, no pasaría de un enojo momentáneo o simplemente bajarnos de la banqueta y continuar el camino. Pero pueden suceder muchas cosas.
De ahí que se haya presentado la iniciativa para adicionar un párrafo al artículo 32 bis de la Ley de Tránsito y Transporte del Estado para retirar de la vía pública los autos abandonados, inservibles o destruidos, así como cajas, remolques y vehículos de carga que obstaculicen, limiten o impidan el uso adecuado de las vialidades.
Y es que, como dije líneas arriba, no son tiempos para andar con pasividades en relación con la seguridad. Una no sabe que puede haber dentro de esas unidades, además de que, en algunas ocasiones, sirven para que cualquier persona se drogue o se embriague. ¡Vaya uno a saber!, porque de todo hay en la viña del Señor.
El diputado Jorge Vera Hernández expuso ante sus homólogos que “los vehículos retirados permanecerán en los corralones o depósitos autorizados, hasta que el dueño acredite su propiedad, y en cuanto a las unidades relacionadas con algún delito, se procederá conforme a la Ley de Extinción de Dominio para el Estado de Veracruz.”
Ahora habrá de esperar que la Comisión legislativa responsable dictamine sobre la iniciativa, que –de primera impresión– no me parece descabellada ni fuera de lugar. Fundamentalmente para los municipios de mayor densidad demográfica.
Claro que los ayuntamientos también pueden hacer algo al respecto. Por lo menos sus cabildos tendrán que meterse en el asunto, porque ellos son la autoridad más cercana con la población y los que otorgan permisos a los comerciantes para extender sus negocios en la vía pública.
También pueden reglamentar los horarios de carga y descarga de los proveedores a los negocios. Hace varios lustros en Xalapa esto estaba reglamentado y la vialidad funcionaba mejor que ahora.
Pero bueno, también debemos poner nuestra parte y ser más consideradas con nuestros conciudadanos. No se trata de educación o de poder adquisitivo o estrato social, sino de respeto y de cultura. Sólo eso.
Si hacemos del respeto una forma de vida podremos avanzar más como sociedad, pero esto que antes era y ahora no lo es, nos va a llevar un buen trecho de tiempo. Aunque nunca es tarde para empezar y hoy puede ser el inicio de cambios en nuestra conducta social.
Retomemos la frase adjudicada a Don Benito Juárez: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Por hoy es todo. Le deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega