El día domingo 1 de febrero el escritor Sergio Pitol, Premio Cervantes de Literatura, entró al hospital Los Ángeles de Xalapa, Veracruz con un cuadro de sangrado intestinal que resultó ser una úlcera duodenal péptica. Ese mismo domingo, de manera irresponsable, las personas que lo ingresaron, lo sacaron del hospital y lo llevaron a su casa. El día lunes se agravó su enfermedad por lo que tuvieron que ingresarlo nuevamente. Hasta el momento ahí permanece en situación estable.
Desde hace unos meses el escritor Sergio Pitol es el centro de una serie de querellas en las que un grupo de personas, encabezadas por Rodolfo Mendoza Rosendo, director del Instituto Veracruzano de la Cultura, aseguran buscar el bienestar físico y patrimonial del maestro Sergio Pitol. La amistad de ellos con el escritor de 81 años es de tiempo atrás, por lo que la familia nunca dudó de las buenas intenciones de estos, a los que ahora llaman una “camarilla”.
Hasta hace unos meses la relación de la familia Demeneghi Colina, primos hermanos de Sergio Pitol, era cercana y cordial. Luis Demeneghi, cercano en sus afectos, hasta hace unos meses (fue Luis quien lo acompañó a España a recibir el Cervantes de Literatura), se encargaba de los asuntos financieros del escritor, contando por supuesto con la aprobación del mismo Sergio y de la familia.
Después de un viaje a Cuba a mediados de agosto de 2014, al cual acudió el maestro Pitol a un chequeo sobre su salud neuronal, y viendo los informes médicos, Luis se comunicó vía correo electrónico con sus hermanos para ponerlos al tanto de la situación. En un correo de Gmail fechado el 15 de agosto de 2014 y dirigido a sus cuatro hermanos, primos de Sergio Pitol, Luis les informaba: “Leí el informe de los médicos cubanos y solamente confirma lo que ya sabíamos de antemano: el deterioro neuronal de Sergio es ya muy intenso y no hay forma de detenerlo y mucho menos revertirlo”. En ese mismo mensaje Luis habla de lo que el chofer de Sergio Pitol, hombre de todas sus confianzas, le comenta: Sergio perdía por momentos los estados de lucidez.
Ante esa situación Luis Demeneghi planteó a sus hermanos una serie de medidas que habría que tomar para salvaguardar la integridad física y patrimonial de Sergio Pitol. Debido a que en dos semanas Pitol habría de ser atendido por un problema de cataratas en los ojos, Luis pondría al cuidado del maestro a dos enfermeros. Para ese momento Luis ya comenta a sus cuatro hermanos, que “hay muchos oportunistas que seguramente están esperando aprovecharse de la condición de Sergio”.
Sobre esta misma situación Luis Demeneghi habla con el doctor Mario López Gómez, neurólogo que desde tiempo atrás ha tratado a Sergio Pitol. Luis le comenta al doctor la situación. El doctor receta a Sergio Pitol, entre otros medicamentos, Quetiapina “media pastilla antes de dormir”.
Las medidas que acuerdan los primos hermanos de Sergio Pitol, incluyendo los sobrinos, no caen muy bien entre los allegados al maestro, algunos de los cuales han estado lucrando con el nombre de éste. Es por ello que, valiéndose de la complicidad de ciertas autoridades, consiguen que Sergio Pitol acuse ante la Lic. Indira Contreras, agente 4º del ministerio público a su primo hermano Luis Rolando Demeneghi Colina, por “hechos constitutivos de delito”. Cabe señalar que Sergio Pitol tiene un diagnóstico de “afasia primaria progresiva no fluente”, enfermedad que le impide comunicarse verbalmente, incluso está imposibilitado para comunicarse por escrito. Esto quedó confirmado posteriormente por una visita que una jueza hiciera en su domicilio en donde hizo constar lo siguiente: Sergio Pitol “presenta una discapacidad sensorial que le impide desenvolverse en la sociedad de manera plena y efectiva en igualdad de condiciones con los demás”.
En esa querella Sergio Pitol, inducido por las personas que lo acompañaron, señala que la Quetiapina que le están suministrando por órdenes de Luis Demeneghi puede provocarle un infarto al miocardio, por tal razón acusó a su primo hermano de poner en “riesgo total la salud e integridad física del suscrito”.
Como prueba de su dicho Sergio Pitol presenta una constancia emitida por el neurólogo José Luis Martínez Cabañas. En esa constancia firmada el 1 de octubre de 2014, apenas un día antes de suscribir la demanda contra su primo, el doctor indica lo siguiente: A quien corresponda: Sergio Pitol Demeneghi. 1 de octubre de 2014. No PNAL 2752 Universidad Veracruzana.
“Al paciente se le conoce desde hace 3 meses, es subsecuente por presentar afasia motora. Sin embargo no existe limitación física, y no ha presentado delirio alguno. Tampoco trastornos del talante emocional o del sueño. Desde hace meses, he tomado control médico neurológico de él, por retiro del servicio médico del neurólogo previo. Por lo que no está indicado el uso de Quetiapina, por el riesgo de infarto al miocardio, o somnolencia”. (Después de esta nota y en letra más pequeña se escribe) “El paciente presenta Afasia motora, pero está conciente, y tiene buen juicio, por lo que sabe decidir sobre él, y sobre asuntos legales que se le involucren”.
Existe una declaración firmada ante notario público en donde José Luis Martínez Cabañas reconoce la parte sustancial de su dictamen médico, pero advierte que a su dictamen médico se le agregaron los siguientes enunciados: “El paciente presenta Afasia motora, pero está conciente, y tiene buen juicio, por lo que sabe decidir sobre él, y sobre asuntos legales que se le involucren”.
Se anota en el punto III de dicho documento notarial que “el compareciente manifiesta que el documento en comento está alterado”, declarando que está dispuesto a comparecer ante la autoridad judicial para ratificar lo dicho.
¿Quién alteró ese documento y con qué intenciones? ¿Acaso lo hizo un paciente diagnosticado con afasia primaria progresiva no fluente?
El que acusa, Sergio Pitol, señala que de manera criminal se le está suministrando una medicina que le podría provocar la muerte. Pero esa medicina la recetó el doctor Mario López Gómez quien el día viernes 6 de febrero se presentará ante las instancias pertinentes a rendir su declaración y a mostrar copia de la receta que expidió.
En el apartado 6 de la demanda que suscribe Sergio Pitol en contra de su primo hermano Luis Demeneghi Colina, alude a un “poder general para actos de administración, pleitos y cobranzas, sobre todos los bienes del suscrito”. Sergio Pitol “suscribe” en esa denuncia que Luis ha estado ejerciendo ese poder de forma arbitraria por lo que se encuentra en riesgo su patrimonio.
Pitol “señala” que el notario Miguel Marenco Sánchez, ante quien se otorgó dicho poder, se negó a entregarle dicho documento. Miguel Marenco ha tenido que explicar hasta en tres ocasiones a la autoridad que ese poder data de 1991 y era para que Luis Demeneghi se hiciera cargo de la compra de un terreno en La Pitaya, dado que Sergio partía al extranjero y se lo dejó encargado al hombre de sus confianzas, es decir, su primo Luis. Miguel Marenco se ha cansado de decir que ese poder está extinto, que no tiene ya valor legal.
Como se puede dar uno cuenta, la acusación de Sergio Pitol contra su primo hermano carece de pruebas. El poder que le preocupa a Sergio, que según posee su primo está extinto; el dictamen del neurólogo José Luis Cabañas está alterado; la Quetiapina sí fue recetada por un médico calificado, por lo que el supuesto intento de causar daño por parte de Luis a su primo hermano, queda descartado.
Sin embargo muchas preguntas quedan por contestar, pero una de ellas es la que más preocupa: ¿Quién está detrás de toda esta manipulación?
Los familiares de Sergi Pitol acusan directamente a Rodolfo Mendoza Rosendo como el orquestador del montaje y la acusación. Por supuesto Rodolfo Mendoza ha iniciado una campaña para acusar y desprestigiar a Luis Demeneghi. Pero de momento la acusación que hiciera Pitol en contra de su primo queda descartada.
Armando Ortiz aortiz52@nullhotmail.com