En un lapso de mi vida, para ser exacta en los últimos veinte años (tengo 37), algunas personas que me han rodeado me han preguntado ¿Eres feliz?
La primera vez que me cuestionaron, reconozco que tardé en contestar, pues se me hacía rara tal pregunta, cuando en esos momentos me sentía muy feliz y contenta. ¿Será que esto que experimento no se llama felicidad? pensé. ¿O tal vez me falta algo? dudé. Creo me sucedió esa vez lo que John Stuart Mill dijese: “Pregúntate si eres feliz y dejarás de serlo”.
Durante los siguientes años mi respuesta ha sido más rápida y digo: ¡Sí soy feliz!
Aunque claro, muchas veces esa pregunta tiene otro objetivo, cuantimás si la pregunta viene de una persona del sexo opuesto, que al parecer muestra cierto interés en “hacerte feliz”.
Pero ¿qué significa ser feliz?
Definitivamente Cecilia Bohl de Faber, escritora española que escribía bajo el seudónimo de Fernán Caballero, tiene razón cuando escribe “¡La felicidad! no existe palabra con más acepciones; cada uno la entiende a su manera”.
Y pues realmente tiene razón, los seres humanos somos tan diferentes que para algunos, la acumulación de riquezas les lleva a la felicidad, recordemos la frase de Groucho Marx: “Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión y una pequeña fortuna…”; mientras que para a otros, es tener salud, como lo expresa George William Curtis: “La felicidad radica, ante todo, en salud”; ésa es su fuente de felicidad. Aunque coincido en la frase de Diego de Saavedra Fajardo: “No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir”.
Pero, ¿por qué hablo tanto de la felicidad en estas líneas?
Nada más y nada menos porque llamaron mi atención los resultados de la Encuesta Nacional sobre Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad, elaborada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, que aplicó el año pasado, entre el 12 de mayo y el 14 de junio, a personas mayores de 18 años. Según la encuesta, 8 de cada 10 mexicanos son felices y se sienten satisfechos con su vida, demostrando que a pesar de la situación económica que vive nuestro país, todo parece indicar que hay otros aspectos sociales y familiares que llenan su vida.
Aunque también dicha encuesta indicó que uno de cada cuatro adultos experimenta enojo, tristeza y angustia y que los hombres son más felices que las mujeres. Y para los que pensaban que los solteros eran los más felices y satisfechos con su vida, todo parece indicar que son los viudos los que se llevan el primer lugar en satisfacción.
No olvidemos que en los últimos años, México se ha encontrado entre los países más felices del mundo. Será que tiene razón Luis Rojas Marcos cuando expresa “El cuarenta por ciento de la felicidad depende de los genes”.
¿Eres feliz? ¡Sí, soy feliz! ¿Usted es feliz?
Recuerde lo que dijera Publio Siro: “Ningún hombre es feliz a menos que crea serlo”, pero sobre todo, aplique a su vida lo que dice Benjamín Franklin: “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.

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