En 2009 por estas fechas, el IFE, los partidos políticos, los tres niveles de gobierno, la ciudadanía mexicana, cada cual en sus respectivas esferas de acción, se aprestaban para llevar a cabo la elección federal de mediados de sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa, a quien en sus primeros tres años el Congreso Federal no había sido obsecuente respecto de sus iniciativas de ley porque las bancadas perredistas y priistas hicieron causa común ejercitando el papel de oposición; el PRI figuraba en esa Legislatura como tercera fuerza, por el menor número de diputados de su bancada respecto de las izquierdas y del PAN.
No podía ser de otra manera porque la elección de 2006 había resultado un auténtico desastre para el PRI, pues obtuvo sólo el 22% de la votación presidencial, mientras que el PAN llegó a 35.89% y la Coalición de izquierda 35.31%. En números absolutos, el PAN con Calderón de candidato alcanzó 15.000.284 votos; la Coalición, con López Obrador, 14.756.350 votos y el PRI, con Roberto Madrazo, bajó a 9.301.441 votos. En consecuencia, el PAN tuvo 206 diputados; la Coalición PRD-CV- y PT 156 diputados y el PRI apenas 106. (Otros partidos: PVEM, 17; PANAL, 9 y Alternativa Socialdemócrata y Campesina 4; más un independiente). La suma de votos en el Congreso, PRD-PRI, formó una valla que evitó a Calderón iniciar reformas de gran calado.
En Veracruz, en las elecciones federales de 2006 el PRI solo ganó seis distritos electorales; paradójicamente, por el número de votos obtenidos seguía siendo electoralmente la primera fuerza electoral pues aventajó por 18 mil votos al Partido Acción Nacional, que entonces se ubicó como segunda fuerza. Este fenómeno se explicaba porque en la mayoría de los distritos el PRI quedó en segundo lugar con 943 mil votos, sobre los 925 mil del PAN y los 836 mil de la coalición PRD-PT-Convergencia. Nótese: con mayor número de votos el PRI sólo obtuvo 6 curules: Tantoyuca, San Andrés Tuxtla, Orizaba, Zongolica, Coatepec y Xalapa Urbano; mientras que el PAN, con 18 mil sufragios menos (pero estratégicamente distribuidos) ganó 11 distritos, y 4 distritos fueron para la coalición Por el Bien de Todos. Lo que demuestra que en política la aritmética puede revestir significados diferentes.
Pero, a pesar de esos dramáticos resultados, el PRI gobernaba 17 entidades federativas: Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Campeche, Coahuila, Nuevo León, Quintana Roo, Durango, Puebla, Estado de México, Veracruz, Hidalgo, Tabasco, Tamaulipas, Nayarit, Colima y Oaxaca, sin duda un territorio nacional digno de ser considerado. Por su parte, el PAN gobernaba en 9 estados: Baja California, San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato, Tlaxcala, Jalisco, Aguascalientes, Morelos y Yucatán. El PRD gobernaba en 5 estados: Baja California Sur, Durango, Michoacán, Guerrero y Chiapas y el Distrito Federal. En este mapa electoral el PRI conservaba la primera y la tercera reserva de votos: Estado de México y Veracruz, el PRD retenía la segunda, el Distrito Federal, pero el PAN tenía la presidencia de la república.
Ahora en cada elección la geografía electoral de México cambia, al menos desde la última década del siglo XX y más acentuadamente después de la alternancia en 2000. Esta movilidad es comprobable con el caso de Zacatecas, entidad que el PRD ganó por primera vez en 1998 con un priista converso, Ricardo Monreal, y en 2004 arrolló con la candidatura de Amalia García, pero solo tres años después, en 2007, perdió alcaldías, de 31 que tenía perdió 17, incluidas Fresnillo y la capital del estado, que quedaron en manos del PT y del PAN, respectivamente. En cambio, el PRI, que tenía 15 municipios ahora alcanzó el triunfo en 25. El PAN tenía 10 alcaldías perdió una, pero ganó Zacatecas. ¿Las causas? El mal gobierno, la corrupción y, sobre todo, el pleito entre Amalia y el ex gobernador Ricardo Monreal, sumados a la sospecha de haber traicionado al Peje en la elección de 2006. En las elecciones de 2007 el PRI recuperó Yucatán sumando 18 los gobiernos bajo sus siglas. Ese año en Oaxaca Ulises Ruiz hizo su chamba pues el PRI obtuvo carro completo para el Congreso local al ganar 25 de los 25 distritos en disputa.
En la aldea veracruzana, la elección intermedia de Fidel Herrera en 2007 había dejado números diferentes a los de 2004 ya que el PAN no repitió los triunfos de este año cuando se apoderó del Congreso y del Orfis, generando un fenómeno próximo a la cohabitación en el poder. Pero todo cambió a partir de 2007, pues en tres años Fidel y el PRI lograron revertir la situación obteniendo una votación que permitió al gobernador trabajar con un Congreso ad hoc que le autorizó, de manera más que obsecuente, la bursatilización y la contratación de deuda pública que ahora tienen postrada a la entidad y al gobierno. Con ese resultado Fidel se sumergió en el “sueño guajiro”: “La candidatura a la presidencia de la República es una calentura que todavía no sudo y a lo mejor ni sudaré», decía Fidel Herrera cada vez que despertaba.
En esa elección Fidel se dio el “lujo” de recomendar a los candidatos de su partido que usaran su nombre en sus campañas, que divulgaran “la gran obra que hemos hecho en Veracruz”.
Para la elección intermedia de Calderón, en 2009, se jugaban seis gubernaturas y los 300 diputados federales de mayoría relativa; se elegirían alcaldes y legisladores locales en siete entidades federativas. En esta elección, Beatriz Paredes entregó buenas cuentas al frente del PRI nacional y Jorge Carvallo en el Estado: ganó todos los distritos en Coahuila, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Guerrero, Puebla y Yucatán, mientras que en Campeche obtuvo dos federales y 37 de los 45 distritos que conforman el mapa electoral del Estado de México, que gobernaba Peña Nieto.
En esta ocasión el gran perdedor fue el PRD, que en 15 de las 32 entidades de México pasó a ser la tercera, cuarta y hasta quinta fuerza política, cuando sólo tres años antes estuviera a punto de ganar la presidencia de la república. En Guanajuato el PRI aumentó de siete a 18 alcaldías. La correlación de fuerzas varió: de 106 diputados en la elección de 2006, ahora en 2009 superó los 237, pero el PAN bajó a 143 y el PRD casi a la mitad de los diputados que obtuvo en 2006, pues apenas llegó a 71 (39 de mayoría relativa y 32 plurinominales; (PRI, 138 distritos, PAN, 70 y PRD 39). En tres años la tortilla se volteó: el PAN obtuvo 9 millones 688 mil 791 votos (28.01 por ciento), el PRI 12 millones 778 mil 77 votos (36.94 por ciento), el PRD 4 millones 220 mil 700 votos (12.20 por ciento). Pero, ojo, no se comparen resultados, porque tres años antes fue elección presidencial, se establecen las cantidades sólo para detallar el proceso del cambio.
¿Cómo variará el mapa electoral de México a resultas de la elección del 5 de junio venidero? En Veracruz, ¿la geografía electoral que resulte de esa jornada proyectará su sombra hacia el 2016? Para qué especular si poco vivirá quien no lo vea.
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15-febrero 20