Albert Einstein con meridiana sabiduría afirmó: “Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor” La frase viene como anillo al dedo a un hombre espectacular, Don Juan Celada Salmón, a sus 99 años, es un hombre lleno de valores.
Invitado por mi querido amigo Homero Cárdenas Garza, el fin de semana pasado fui a San Pedro, Garza García N.L. a dar una plática de “El Filósofo”, con motivo del cumpleaños de Don Juan, me encontré con un hombre espectacular, amigable, bueno, sentimental, creativo, agradable, atento, sencillo, inteligente, positivo, guapo, siempre echa‘o pa’ lante, disciplinado, con una claridad mental impresionante y sumamente espiritual. Su hija Maru y su esposo Oscar me contaron su historia: Hijo de Juan Celada y Pereda, de origen español y de Dolores Salmón Almada de Celada, originaria de Álamos, Sonora; “Lugar de las mujeres hermosas”
En tiempos de la Revolución, recién nacido Juan, su Papá fue aprendido por las tropas de Pancho Villa, en un “Juicio Sumario” lo sentenciaron a muerte para el día siguiente. Su hermano Matías, logró que el guardia que lo cuidaba lo soltara y también le consiguió un armón de tren. Ahí se subieron su Papá, su Mamá, sus tres hermanas mayores y Juan ¡en brazos!
Toda la noche, se fue su Papá a la sube y baja la palanca para poder huir, con un temor inmenso de que fueran alcanzados. Felizmente llegaron a Nogales, de ahí pasaron a Arizona, EUA. Posteriormente, se mudaron a El Paso, Texas, y ahí vivieron hasta que Juan tenía 10 años, por que se mudaron a Torreón, Coahuila.
Platica Don Juan, que su Maestra de 4º de Primaria, un día le dijo:
–– “Juan, tú nunca vas a llegar a hacer NADA en tu vida”. Y lejos de bajarle su autoestima, desde 5º de Primaria, se convirtió en un niño ¡muy aplicado! y de ahí pa’l real como que le gustó ¡pues se le hizo costumbre!
Su carrera de Ingeniero Mecánico Electricista, la estudió en la Ciudad de México, en el Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, A.C., donde sacó el mejor promedio, no sólo de su Generación, sino de la historia de graduados en esa carrera. Se graduó en 1941. Estudió Maestría en Electricidad en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde también fue el mejor promedio de su Generación, terminando en 1943.
Su hermosa esposa y él se hablaban cariñosamente de “Usted” pero cuando se peleaban… ¡se hablaban de “tú”! De ese amor nacieron 6 hijos: Juan, Carlos Alberto, Zoila María, María Eugenia, Mauricio y Ana Cristina Celada González; 23 nietos y 11 Bisnietos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el acero se fabricaba derritiendo chatarra que enviaban países más industrializados. En Monterrey, HOJALATA Y LÁMINA, S.A. fabricaba su acero con chatarra proveniente principalmente de EUA. En esa época la chatarra que México recibía era de mala calidad y como consecuencia, las placas de lámina salían como “Buñuelos”.
HOJALATA Y LÁMINA, SA, había contratado a un inventor de Fierro Esponja, el Ing. Madras. Pero su invento no funcionaba, la lámina obtenida seguía siendo de muy mala calidad y era sumamente caro el producirla.
En 1957 Don Juan, al que el genio le es natural ya había estudiado a fondo en qué consistían los cerca de 16 inventos anteriores de Fierro Esponja, que por cierto ninguno de ellos había tenido éxito comercial, pues no funcionaban como debían; decía que había que inyectarle gas, en alguna parte del proceso junto con otros ajustes.
Le platica a Don Roberto Garza Sada, lo que pensaba hacer y le avisa que esa noche, en secreto, se iba a hacer una prueba, acción que resultó ¡UN ÉXITO! se obtuvo un Fierro Esponja que mezclado con cualquier chatarra, mejora la calidad del acero, aumenta su durabilidad, no se oxida, sale plano y ¡Es más barato producirlo!.
El Fierro Esponja, se utiliza como materia prima para fabricar acero. Según el Consejo Consultivo de Ciencias de La República, es: “la principal aportación tecnológica de México, a la Industria Siderúrgica Mundial”.
Don Juan Celada, ha registrado 398 patentes en el mundo y ha publicado 48 artículos técnicos en revistas especializadas. Es miembro del Consejo Consultivo de Ciencias, de La Academia de Ciencias de Nueva York, así como miembro honorario y vitalicio del Consejo de Enseñanza e Investigación Superior, A.C.
Se ha hecho acreedor a innumerables reconocimientos, por el breve espacio de ésta columna sólo menciono algunos: “Premio Nacional de Ciencias y Artes en Tecnología y Diseño”, por el Gobierno de México; “Caballero de la Orden de San Gregorio El Grande”, por el Estado Vaticano, siendo Papa Juan Pablo II; “Medalla de Oro por la Organización Mundial de la Propiedad Industrial como inventor destacado”; y “Medalla de Oro de la Organización Mundial de La Propiedad Intelectual”, por el aporte de sus invenciones al desarrollo de la Ciencia y Tecnología Mundial, entregado de manos del Presidente de la ONU en 2000. Insignia Austriaca de Honor.
Concluyo con el humor del viejo Filósofo: “Todo objeto que se introduce en el agua… ¡tiende a mojarse!
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