*Para mi hijo Octavio César y su esposa Laura en estos momentos de desasosiego e inquietud

Hacer ver a las nuevas generaciones que el reto de la vida no es caer, sino levantarse dignamente después de estas caídas es y será por siempre una lección existencial. No sólo como padre de familia o maestro debe uno compartir dignas enseñanzas, sino como humano que se es. Después de acontecimientos inesperados, dolorosos e impactante tenemos la obligación de tener e infundir confianza a uno mismo y a quienes nos rodean; una misión obligada como generación adulta. Hoy que uno de mis hijos al lado de su esposa está sufriendo al ver a su pequeño primogénito –que nació prematuro de ocho meses- luchar valientemente por su vida, es difícil hacerse escuchar para hacerles recuperar la ecuanimidad y tratar de recuperar la calma ante esta dolorosa situación. La Familia Figueroa García vivimos hace unos años una situación similar donde perdimos a un ser querido; lo que desencadenó una serie de sentimientos que nos unieron mayormente. Hoy el recuerdo nos produce desasosiego, inquietud, pérdida de serenidad o enojo con encontradas acciones. Afortunadamente sabemos y entendemos que palabras adecuadas y acciones solidarias levantan a uno el ánimo, paliando de alguna manera tal destino, que más que producto de inexperiencia por el propósito de realizar las cosas con una excelsitud, son cuestiones del destino. Sostenemos desde siempre que el acto de vivir es lo más grandioso que nos puede suceder, al mismo tiempo tener un hijo, es una maravillosa bendición del creador de todo cuanto existe, pero una enorme responsabilidad. La vida nos pone pruebas que muchas veces rebasa la razón y los límites de nuestra comprensión, y no entendemos porque pequeños seres que vienen a este mundo con amor, cuidados y esperanza tienen que sufrir. Mi hijo y su pareja como adultos responsables, sanos, deportistas y con una profesión que los hace tener contacto con los niños sabían de su misión como padres, esperaron el momento oportuno para traer a un nuevo ser, donde les podrían dar el tiempo, cariño, dedicación y amor. Lo irónico de una planeación hecha por este novel matrimonio sucedió, organizando lo que todos conocemos como “baby shower” para el 31 del pasado mes de enero, el pequeño se adelantó y todo lo preparado para ese día fue guardado; el pequeño nació la tarde de este día con un mes de adelanto. Desde ese día este pequeño angelito iluminó a esa pareja, pero por lo pequeño y delicado de su venida al mundo requería especiales cuidados, lo que eran proporcionados por sus padres y familiares tanto de parte de la madre como del padre. Aprendí hace unos ayeres la frase “Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias; pero tiembla por el depósito que te confía, porque en lo sucesivo, tú serás para ese niño la imagen de la Divinidad. Haz que hasta los diez años te tema; hasta los veinte, te ame; y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años, sé su maestro; hasta los veinte, su padre; y hasta la muerte, su amigo. Enséñale ante todo buenos principios; y después, bellas maneras. Que te deba una doctrina esclarecida, mejor que una frívola elegancia. Que sea mejor un hombre honrado, que un hombre hábil”. Me siento mal de no tener las palabras correctas y exactas que quizá mi hijo quisiera escuchar; pero debe de saber que su sufrimiento es similar al que estamos sintiendo su madre y yo ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com