Xalapa, como muchas ciudades del país, ha crecido entre el caos y el ordenamiento urbano. Desde hace 30 años la “industria” de la invasión de áreas verdes y propiedades ha sido un negocio bastante lucrativo para personas que se aprovechan de la necesidad de sus semejantes.

El ser humano ha modificado los paisajes naturales para hacerlos habitables, sin importar los costos que en el mediano o largo plazo el planeta cobre. Ejemplos sobran y nuestro país no escapa a esta situación. Recordemos que la actual Ciudad de México se erige sobre lo que fue un lago, Coatzacoalcos era un isla y sus pantanos y dunas fueron “devorados” por la mancha urbana. En Xalapa, de sus cuatro barrios originales sólo queda la referencia y la leyenda.

Pese a todo, seguimos utilizando áreas peligrosas para vivir, tanto de forma irregular como mediante permisos de las autoridades municipales. No entendemos, hasta que después decimos: “el derrumbe, la inundación fueron por causas naturales”. Mentira. Sucedieron porque nos metimos a donde no debíamos.

Ahora volvemos a ser testigos de la invasión de las escasas áreas verdes y de reserva que nos quedan en la ciudad. Por eso debemos replicar el llamado que hace el diputado local y ex presidente municipal de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, quien pide a las autoridades estatales y municipales aplicar la ley en forma estricta, pues la pena decretada para quienes cometen estos lícitos es hasta de 15 años.

“No es justo que se mande a gente humilde a vivir en zonas inapropiadas para vivienda, o que carecen de todo tipo de servicios. Además, esos terrenos no se les dan gratuitamente, se los venden y a precios altos”.

Sin duda alguna, para que haya corrupción debe existir por lo menos dos partes. En el tema que nos ocupa, parece obvio que los “líderes” de invasores cuentan con protección de algún tipo.

Parece que carecemos de políticas públicas para dar un espacio habitable a quienes lo necesitan. En el municipio vivimos 475 mil 955 personas (según datos del Censo de Población y Vivienda 2010) y de este universo poblacional, de acuerdo con el Plan Municipal de Desarrollo de la actual administración, se desprende lo siguiente:

“En Xalapa hay 177 mil 918 personas en condición de pobreza, lo que representa 37.4 por ciento de la población total del municipio. De acuerdo con la clasificación que realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), existen 151 mil 356 ciudadanos, esto es 31.8 por ciento en condiciones de pobreza moderada, y 5.6 por ciento en pobreza extrema, entendida como la población con tres o más carencias sociales y un ingreso por debajo de la línea de bienestar mínimo.”

Estas cifras nos aproximan a una primera idea del por qué y el cómo existen líderes inescrupulosos que llevan a esta gente a cometer ilícitos. Sabemos que la pobreza va de la mano con la carencia de educación, y así es muy fácil volverse “líder social”.

Hay un reto para nuestros gobiernos. Pero, como dijo el diputado Ahued Bardahuil, se debe aplicar la ley, pues cumplir y hacer cumplir las leyes es la primera obligación de un Estado.

Por hoy es todo. Le deseo un excelente día y nos leemos en la próxima entrega.