Este año es electoral, se elegirán diputados federales para renovar a los 500 diputados del Congreso de la Unión, 300 serán elector por mayoría relativa (en las urnas) y 200 por representación proporcional (de acuerdo a la votación obtenida por cada partido político). Pero también en la jornada electoral del próximo 7 de junio se renovarán cargos a nivel federal y estatal, aproximadamente más de 2000, ya que estarán en disputa 9 gubernaturas, cientos de curules de legisladores locales y casi 1,000 alcaldías.

Así que los próximos meses en México serán de proselitismo político siendo los candidatos, sus propuestas e incluso sus desatinos tema de conversación en el país. La política es una profesión, es apasionante para quien entiende y sabe de ella. La verdadera política no es una porquería como se escucha en comentarios de personas que descalifican por costumbre, por conveniencia, por ignorancia o por culpa de quienes la han ensuciado aún cuando viven de ella.

La política es el único medio a través del cual se diseñan y aplican esas estrategias para dirigir una nación, un estado o un municipio con miras al desarrollo y bienestar social. Con ella se crean las leyes, reglamentos, acuerdos y todo lo relativo para tener una sociedad ordenada y actualizada. La parte del crecimiento económico y finanzas sanas del país también le toca, uno de los puntos más álgidos quizá.

Sí existen políticos que cumplen sus promesas a la ciudadanía, incluso desde una trinchera humilde sin hacer alardeo de lo que hacen, políticos que cumplen cabalmente sus encargos y que han cambiado la vida de la gente con su buen trabajo, y están los de paso, quienes sólo buscan su interés personal, aquellos que denigran una noble profesión valiéndose de toda artimaña.

Un cargo público no debería ocuparlo cualquier persona, un buen filtro para escoger a los mejores perfiles es lo ideal y sano para cualquier partido político, algunos ya lo hacen y por eso han logrado crecer aún con sus estigmas. El problema es que, en algunas ocasiones, se hace de lado lo más importante y se priorizan otras cosas, trayendo consecuencias desafortunadas para estos institutos políticos.

Un buen candidato debe tener vocación de servicio, saber por qué aspira a ocupar un cargo, entender que si llega es para servir no para servirse, debería hacer suyas las causas sociales. Con su dinero y sueldo cada quien es libre de hacer lo que quiera, son cuestiones válidas y apegadas a derecho que no se critican, lo que no es congruente ir a darse “baños de pueblo” unos meses con promesas falsas, para luego llegar a San Lázaro sólo para empezar a vestir Gucci, oler a Chanel, presumir la lana llevando el grupo de moda para la fiesta de algún familiar, hacer casas aquí y allá o traer un auto de lujo, pero eso sí no resolver una sola gestión, no saber qué dice nuestra Constitución Política, no ir a las sesiones, ni mucho menos hacer uso de la tribuna para presentar alguna iniciativa.

La gente ha despertado, los políticos serios saben que deben hacer un buen trabajo no solo por su propio crecimiento profesional sino porque en verdad se comprometen y son respetados por los ciudadanos, por los mismos políticos e incluso por la prensa, de aquí que hay un desfile de personajes que han logrado ir de un cargo a otro pero con nula credibilidad y para algunos el cargo fue debut y despedida.

Así, dentro de poco tocarán a su puerta los candidatos pidiendo el voto, habrá quienes no se tomarán la molestia de visitar aquellas colonias o comunidades que no les representan mayores votos porque sus coordinadores o ellos mismos ponderan las reuniones con empresarios y con los “sectores representativos”, de ahí que si los animales, los niños y quienes no pueden votar pudieran hacerlo, otra cosa sería, las tácticas para persuadir el voto de estos otros sectores serían intensas.

Los sueldos de los funcionarios públicos son bien remunerados porque no existen prestaciones ni jubilación, y la complejidad de la responsabilidad que tienen lo amerita, por ello, no desperdiciemos el voto y exijamos a nuestros candidatos propuestas serias, viables y de desarrollo social, las despensas, gorras y playeras ya deben ser cosa del pasado, pidámosles mejor que representen con dignidad y altura a los sectores más vulnerables y desprotegidos mediante iniciativas que erradiquen la exclusión y vayan enfocadas al desarrollo económico y social de todos (incluso de los que no votan).

gaem80@nullgmail.com