Deep South llegó esta vez muy elegante: un traje negro de buena marca, a juzgar por el corte; zapatos brillantes de limpios casi con tufo a charol, y entre ellos y el pantalón un par de calcetines divertidos, muy a la moda de colorines; la camisa blanca, impecable, y una corbata rojo encendido -tal vez Hermès y seguro de seda- anudada en un perfecto Windsor. En la cabeza lucía un sombrero Moyano de jipijapa genuino, que bien podía haber ostentado alguna vez ese noble dictador de la moda sombreril que es el eminente columnista Pompeyo Lobato Ortiz.
—Ésta será muy posiblemente la penúltima charla que tengamos —me soltó casi a quemarropa y a manera de saludo—, porque ya se nos está acabando la Litis. Y es la penúltima, porque la última será el día que uno de los dos se muera. Fíjate, los candidatos ya están decididos y la lista se completó muy bien cuando triunfó la lógica sobre el amiguismo para que Carolina Gudiño fuera la abanderada del Partido Verde en Boca del Río. Ella está mucho mejor posicionada que Sergio Pazos. Es una mujer muy disciplinada y seguro que se va a levantar con el triunfo. De lo único que me queda por hablar es de las posibilidades que tendrá el PRI para que “el primer priista” pueda alardear de un triunfo apabullante, muy necesario para que consolide su proyecto a mediano plazo.
Ya hay candidatos en el PRI y en los otros partidos, y la oposición la ha jugado muy en favor del gobernante. En muchos distritos, el PAN puso a verdaderos flanes, como en Xalapa, Córdoba, Veracruz Puerto, Tuxpan. Por su parte, la izquierda atomizó su oferta, al grado de que ninguno de sus candidatos podrá obtener una cantidad cuantiosa de votos, como también sucederá en Xalapa, con candidatos diferentes del PRD y PT, de Morena, de Convergencia… —“Ahora se llama Movimiento Ciudadano”, le dije— ése, el partido de Dante Delgado, y súmale los candidatos independientes, como Pepe Valencia, que terminará dando un susto.
El frío era glacial en el estacionamiento, con uno de los últimos frentes fríos de la temporada que nos azotaba sin misericordia con sus chiflones traicioneros y su humedad incomprensible para la temperatura de nuestros cuerpos.
—Yo creo que el gobernador Javier Duarte va a ganar 16 o 17 distritos, uno o dos más de los que se obtuvieron hace tres años. Entrañan algún peligro solamente unos cuantos distritos: en el norte, Tantoyuca (ahí el Chapito ya ha perdido mucha fuerza) y Poza Rica (los petroleros son una interrogante, por la conflictiva situación de Pemex y los precios del petróleo); en el centro, Coatepec (que puede ganar con los votos peroteños que aporte la gente de Pepe Yunes) y Xalapa Urbano (se ganaría si los malquerientes de Elízabeth se deciden a ser institucionales); Córdoba en las altas montañas (Marco Aguilar tiene que terminar de convencer a los empresarios), y en la costa, Boca del Río (donde se dará, como tú dices, la abuelita de todas las batallas electorales).
Deep South se fue alejando mientras alcancé a oír que mascullaba:
—Ummm, 16 o 17 distritos para el PRI-Partido Verde… no está nada mal…
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