El razonamiento que tuvimos este fin de semana sobre la candidatura rumbo a la diputación federal priista en el distrito XVI con cabecera en Córdoba, a cargo de Marco Antonio Aguilar Yunes, es que conlleva muchas responsabilidades.
De primera intención, el lado bueno que se argumenta del exSecretario del Trabajo, es que es un tipo sano, sin cola que le pisen y que ha luchado limpiamente en varias ocasiones por ser el abanderado priista y siempre lo han dejado con el bate al hombro, mientras que lo primero inmediato en contra y que ya corre como pólvora es que no tiene dinero, no le quiere invertir o que tal vez espera que le apoyen desde Xalapa, pero a como están las cosas se puede quedar esperando.
Aquí habría que reflexionar en la importancia que tiene Marco Antonio Aguilar, en ser candidato del PRI por Córdoba al Congreso de la Unión:
Primero.- Representa a un grupo político liderado por el ejecutivo estatal, del que se habla de importante compadrazgo.
Segundo.- Es la tierra del gobernador Javier Duarte de Ochoa, donde otros que han perdido como Francisco Cessa Servín o Salvador Abella (aunque sea empresario) están en la congeladora y no han sido recompensados por el esfuerzo.
Tercero.- Si obtiene el triunfo, vendrán los grandes elogios con bombo y platillos, convirtiéndose a futuro en poder de decisión a elecciones como las presidencias municipales, amen que entraría en el rejuego del nuevo gobernante estatal en el 2016, sea de dos, 5 o 6 años la gubernatura, lo que significaría continuar en el servicio público por un buen tiempo y tener un blindaje a la artillería pesada del ejecutivo entrante.
Cuarto.- Ahora que si pierde, se sumará a la lista de derrotas del revolucionario institucional en Córdoba; un año cuando menos seguro en la congeladora del gobierno Estatal y expondrá a la sanción política que desde el altiplano impongan a Javier Duarte por haber perdido su distrito.
EL CANDIDATO DEL PAN
Pero si alguien ha tratado de venderle a Marco Antonio Aguilar Yunes, que desde el centro le pusieron un candidato a modo por Acción Nacional, tachándolo de inexperto, sin conocimiento del distrito y vendido, grave sería el error creerlo, porque si analizamos a Juan Gerardo Perdomo, nos vamos a encontrar con un joven conocedor que podría jalar en demasía a este sector; con capacidad de convocatoria por haber estado al frente del deporte municipal más de un año; con la asesoría de izquierda de un hombre bien estimado por la sociedad cordobesa como su Sr. Padre Juan Fernando Perdomo Bueno y lo más importante que no está desprotegido políticamente porque cuenta con el apoyo de Tomás Ríos Bernal (por ende de los recursos del Ayuntamiento) y Juan Bueno Torio, así que fácil no está.
¿Y EL SUPLENTE?
Sin duda alguna la suplencia tendrá mucho que ver en este proceso electoral, donde hasta el piquete de un mosco puede influir.
Con interés en la zona de Fortín, Naranjal y Córdoba, se habla de un buen operador político y estratega ligado al secretario Arturo Bermúdez Zurita, Enrique Muñoz Sánchez, actual director del Cerezo de Jalacingo. Enrique Muñoz fue Delegado de Tránsito en Fortín y director de La Toma en sus dos últimos encargos donde salió bien librado, pero tiene toda una vida sirviendo al Partido Revolucionario Institucional, además que podría conciliar lo que ha destruido prácticamente en Fortín el alcalde Armel Cid de León.
Otra que manejan los polacos es Francisco Amador “El Cebollín”, expresidente municipal priista de Ixtaczoquitlan, viable tirador a la diputación local y lo mas cañón, consuegro del fallido precandidato panista, Antonio Pérez Vián, estrategia considerada como alternativa viable para descalabrar al PAN ante la supuesta imposición de Juan Gerardo Perdomo.
Lo cierto que es suplente debe llegar a sumar; aportar lo que le falte a Marco Antonio y completar una dupla que logre sacar adelante una muy interesante diputación federal, donde levante el posicionamiento de su gobernador y por supuesto le evite los coscorrones ante una derrota…Al tiempo.
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