*La verdad pertenece al periodista pero no usada para molestar ofender o destruir honras.
*Debemos crear una juventud limpia de prejuicios y de sentimientos limpios…
*Rencor y odio es producto del hombre…dijo el tribuno Fernando López Arias.
“La fuerza motriz más poderosa: la voluntad”.
– Segunda y última parte del brillante discurso del entonces
gobernador de Veracruz, licenciado Fernando López Arias. –
Fernando López Arias, se había apoderado del Salón del Cabildo del Ayuntamiento de Veracruz, en este lugar histórico que, como dijera en una parte de su discurso….”Aquí se escribieron las páginas más hermosas de la vida de América; aquí nació el primer Ayuntamiento, entonces aquí nació la primera voz de libertad del Continente Americano…”.
Los jóvenes egresados de la Facultad de Periodismo, escuchaban a quien gobernaba a los veracruzanos, a quien aseguraba que: “servimos a una colectividad porque nos forjamos una meta. Hemos creído en nosotros. Mi consejo, como mensajes a ustedes, es que crean en ustedes mismos, pero para creer en ustedes mismos necesitan llegar a conocerse ustedes mismos, amar la verdad y conocer a su pueblo. Este pueblo es escudo y lanza”.
López Arias…quien anteriormente había buscado la gubernatura de Veracruz, desplazado primero por el veto presidencial, designando a Marco Antonio Muñoz Turnbell, sexenio 1950-1956, cuando estaba como Presidente de México, Miguel Alemán Valdés. Y después en el mandato de Adolfo Ruiz Cortines, que impuso al famoso Antonio M. Quirasco….el “chato. Ahora lograba el cargo de gobernador gracias a la cercana amistad y confianza con Adolfo López Mateos…reuniendo en su toma de posesión en el Estadio “Heriberto Jara Corona”, a los dos enemigos políticos de López Arias: Miguel Alemán y Ruiz Cortines, y todo el aparato de gobierno de López Mateos…
El hombre inferior
Odia y tiene miedo
El controvertido gobernador, continuaba: -No olviden jamás, que precisamente por eso la Universidad de Veracruz está dando el mayor crédito a la Facultad de Periodismo. Debemos nosotros crear a la juventud, limpia de prejuicios, limpia de sentimientos, limpia de extorsiones y de toda esa serie de fenómenos psíquicos que van haciendo al hombre inferior, que odie, que tenga rencor o que tenga miedo.
José Pagés Llergo, el ilustre director de la Revista Siempre, padrino de la generación de egresados, escuchaba atento las acertadas palabra de Fernando López Arias…
“No olviden ustedes que en sus manos está – porque también son conductores actuales de la mente humana – describir la verdad sobre todas las cosas, aunque a ustedes no les parezca; porque la verdad es eterna y única, y su verdad es algo que les pertenece, pero que no tienen derecho a usar para molestar, ofender o destruir la honra y el honor de las demás gentes….”.
A veces tiene uno que reprimir su propia voluntad y pasar en medio de zarzales, hasta que alguien descubre que han cometido un error o que han cometido una falta. Es más hermoso encontrar a alguien que después de cruzar el camino lo salude al final y reconozca que ha procedido mal, que aquel que nunca camina porque su voluntad y su alma no se lo permiten.
“No olviden ustedes que habrá en el mundo rencor y odio eso es producto del hombre; pero lo único que eleva y fortalece es el amor, con el amor zanjamos nosotros miles de satisfacciones comprometidas en este mundo que está al borde de una tercera guerra. Es lo único que puede confortar, que puede conmover hasta sus fibras más íntimas el sentido del espíritu en alto que ustedes deben tener….”.
El Cabildo del Ayuntamiento de Veracruz, en silencio, solamente la voz fuerte y dura de López Arias, que hablaba del amor al semejante:
Compasión, Amor y Razón…
“No olviden que a través de la historia, tres generaciones, dos hombres y un pueblo hicieron posible que todavía hoy los estamos recordando. Hace Dos Mil 500 años dijo Buda, que la humanidad podía salvarse por la compasión, y casi al mismo tiempo le contestaba Cristo que la humanidad se debía salvar por el amor, y Grecia, contestó, que debía salvarse por la razón. Tres fundamentos importantes de la vida, en donde ustedes habrán de desenvolverse.
No olviden que con la pluma de la honestidad que ustedes pongan en la crítica – a la que deben dedicar su mayor esfuerzo: crítica constructiva y creadora -, depende la tranquilidad y la dicha de muchas gentes.
Espero que cuando ya estemos a donde hemos de estar algún día, no nos arrepintamos jamás de haber creado generaciones que defiendan la historia, la dignidad y el decoro de un pueblo.
Remato:
Hablamos de tres oradores
Chingones con razón al fin,
El otro, Colosio, señores…
Y el recordado Alfredo V. Bonfíl
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