Los accidentes viales y automovilísticos son la principal causa de mortalidad en nuestro estado. Según notas periodísticas, el año pasado murieron 660 personas, cuyo promedio de edad oscila entre 25 y 30 años. Es decir, en plena edad productiva.

El exceso de velocidad, el consumo inmoderado de bebidas alcohólicas y el uso del teléfono celular, son las principales causas que provocan los percances.

En opinión del diputado Jesús Alberto Velázquez Flores, las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública y la Dirección General de Tránsito y Seguridad Vial del Estado trabajan en la actualización del monto de las sanciones económicas a los automovilistas que infrinjan la normatividad.

“Tengo conocimiento de que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Dirección General de Tránsito y Seguridad Vial del Estado (DGTSV) trabajan en la actualización de las sanciones, por lo que estamos a la espera de un informe oficial al respecto; en lo personal, apoyo esa medida”.

No comparto las medidas coercitivas, pero reconozco que son necesarias cuando fallamos como sociedad. Debemos entender que no sólo se trata de pérdida de vidas, sino que en muchas ocasiones cambia la existencia de los sobrevivientes, al quedar lisiados o matar a un transeúnte. Duele, pero debemos reflexionar sobre cómo utilizamos el automóvil.

En Xalapa es “normal” que los conductores se pasen los semáforos, que los motociclistas manejen de forma temeraria, que manden mensajes por teléfono mientras circulan. Basta pararnos en cualquier calle con flujo automovilístico para constatarlo.

Pero no sólo los particulares cometen estas anomalías, también los conductores del servicio público, y lo peor, algunos elementos de Tránsito y Vialidad y de Seguridad Pública. Quizá, para quienes deben predicar con el ejemplo, las sanciones deban ser mayores.

Nuestro paisaje urbano se llena de vehículos estacionados en lugares prohibidos, las banquetas se ocupan como estacionamiento particular, el claxon se usa inmoderadamente y a los peatones no se les respeta. En fin, parece que vivimos en una selva, donde la vida está siempre en constante riesgo.

El mismo Legislador informó que, es posible, a fines de marzo esté el nuevo tabulador de las sanciones económicas a las que se harán acreedores quienes violen el reglamento. Sólo es cuestión de tiempo.

Quienes más me preocupan son los jóvenes, porque están en constante riesgo al conducir su unidad. Ya sabemos que a cierta edad nos creemos inmortales, pero las realidades y las tragedias nos demuestran lo contrario.

No se trata de limitar la diversión y el esparcimiento, ni tampoco de coartar sus derechos, pero siempre hay formas de evitar los accidentes. Desde el conductor designado hasta utilizar el servicio público controlado. En este caso me refiero a los radio taxis, que pueden darnos un poco de seguridad en el traslado nocturno o de madrugada.

Sea pues este llamado de atención para padres y madres, pero sobre todo para nuestros jóvenes. La vida no se acaba a los 30, hay mucho por vivir y para vivir. Nadie escarmienta en cabeza ajena, pero tampoco se meten las manos al fuego sólo para saber qué se siente.

Por hoy es todo. Le deseo un excelente día y nos leemos en la próxima entrega.