El buen juez por su casa empieza, nos dice el refranero popular. Y ante la situación especial que vive el estado y tras el anuncio realizado por el Gobernador, el Congreso del Estado –que normalmente hace sus gastos con racionalidad– plantea la posibilidad de algunos reajustes financieros.

Debe mencionarse que la LXIII Legislatura del Estado tiene uno de los presupuestos más bajos del país, en relación con poderes similares de otras entidades. El director de Tesorería del Congreso, Serafín Hernández Sagaón, comentó lo siguiente:

“El gasto se ejerce de manera austera y ordenada, y prácticamente todo el recurso queda etiquetado desde el inicio de año. La asignación presupuestal que se tiene es únicamente para el pago de prestaciones del personal de base y sindicalizado, así como la dieta de los diputados”.

Porque un buen manejo financiero se refleja en la tranquilidad de los hogares de los trabajadores. Se debe recordar que en el Congreso laboran 600 personas que jefaturan sus familias. De sus salarios depende la educación de las y los hijos, la alimentación y demás necesidades que conocemos perfectamente.

Quienes vivimos y dependemos de nuestros sueldos, sabemos que la seguridad en tiempo y forma nos permite planificar nuestras vidas. Sabemos qué podemos hacer y con cuánto podemos contar. Eso nos da tranquilidad en nuestro presente y futuro.

Si algo se debe reconocer a la actual administración del Congreso es su compromiso con los y las trabajadoras. Ha logrado mantener los equilibrios entre sus ingresos y egresos, y solventar exitosamente sus compromisos.

“En ocasiones, los lineamientos de la Secretaria de Finanzas y Planeación (Sefiplan) implican el recorte de personal, y en la LXIII Legislatura se trabaja con la gente indispensable. Regularmente los diputados tienen una secretaria o un secretario particular y un asesor, que les apoya en el trabajo de comisiones. Es decir, no hay excesos”.

Sé que las nuevas generaciones tienen un futuro más complejo que la de nosotras, pero también confío en que los gobiernos propicien las condiciones para mantenernos en paz y tranquilidad. Sin duda, el tener trabajo remunerado con las prestaciones de ley nos proporcionan esa tranquilidad que anhelamos mantener.

Recordemos que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido. Podemos tener muchas deficiencias y nos falta muchos problemas por resolver, pero nuestro país y nuestro estado se mantiene en calma generalizada. Esto refleja el funcionamiento de nuestras instituciones y que, en Veracruz, lo que queremos es trabajar y estar bien.

Qué bueno que el Congreso sea racional en sus gastos. Qué mejor que sus empleados, sindicalizados y de confianza, tengan seguros sus sueldos y prestaciones. Porque eso nos permite inferir que no todo lo que hacemos está mal. Es perfectible, como todas las actividades humanas, pero no está perdido el rumbo.

Pueden venirse tormentas, pero mientras estemos en puerto seguro nada nos pasará. Las contingencias nos sirven para apreciar la calma. No olvidemos lo que tenemos ni perdamos lo importante, por lo circunstancial.

Por hoy es todo. Le deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.