¿Por qué? Esa es la pregunta básica que me hago una y otra vez. Misma que hoy quiero transmitirle a ud. En temas múltiples y variados. En principio el primer ¿Por qué? Se relaciona a ¿Por qué no se ha dado usted cuenta que no es lo mismo gobernar un estado, en dónde el gobernador tiene poderes omnímodos y poca rendición de cuentas, a ser Presidente de la República con responsabilidades diferentes y con una estrecha vigilancia tanto del interior como del exterior del país, y por ende, usted sigue gobernando como si México fuera un estado y no una Nación?
¿Porqué no ha aplicado correctamente la tan presumida reforma educativa? ¿Acaso fueron tan ingenuos que pensaron que no habría resistencias, y a pesar de ello insistieron en legislar algo que no podrían cumplir? ¿Nadie en su gabinete se da cuenta de que el desarrollo del país pasa por educación de calidad, misma de la cual carecen la mayoría de los mexicanos? ¿No se dan cuenta del descrédito y el ridículo a nivel mundial en el que caen tan sólo por no poder censar a los empleados públicos dedicados al magisterio en tres estados del país? ¿No percibe usted y su gabinete la indignación de los mexicanos ante el pago de más de doscientos mil salarios a ¨maestros¨ que no se paran en un aula?
¿Hoy todavía nadie del gabinete económico ha percibido que la reforma fiscal vino a traer mayor sufrimiento y pobreza a la mayoría de los hogares mexicanos? ¿En su gabinete son incapaces de corregir el rumbo y enmendar sus errores? ¿ Nadie percibe que la economía mexicana va directamente a una nueva crisis como las recurrentes y acostumbradas en los gobiernos del PRI? y no vemos que se tomen las medidas adecuadas. Esperamos una reducción real del gasto público sin importar que venga un período electoral. Exigimos que no se endeude más al país y que no se reduzca el gasto de inversión ni el gasto social, sino el gasto corriente. Allí dónde se han duplicado los puestos en la burocracia nacional, ahí dónde se ha duplicado en menos de doce años el gasto total del gobierno. Esperamos de usted que actúe como estadista, y no como politiquillo que busca crear una bonanza parcial previo a las elecciones y que posterior a ellas, todos paguemos el precio de una crisis más grave. No nos importa lo que digan los banqueros en sus reuniones anuales allá en Acapulco, los mexicanos estamos muy asustados ante el panorama económico actual y el que vislumbramos a futuro. Sabemos que el ingreso per cápita real en los cinco deciles inferiores de la población económicamente activa ha disminuido hasta un 77% comparado con su mejor momento en el siglo pasado en 1987. ¿Hará usted y su gabinete económico algo para revertir dicha tendencia?
¿Por qué su partido en el Senado de la República ha detenido el avance legislativo de las leyes anti corrupción? ¿Por qué, el ejecutivo no recrimina al legislativo que los senadores se tomen dos semanas de vacaciones, cuando sólo les queda hasta el 30 de abril para avanzar con esta y otras leyes que urgen al país?
¿Por qué se tuvo que elegir a su compadre, Medina Mora para la suprema corte de justicia (así con minúsculas) a pesar del repudio de la población en general? ¿Por qué hasta el día de hoy no se ha castigado a quien desde el gobierno federal operó el ataque a la libertad de expresión en la forma de ataque al programa de Carmen Aristegui? ¿Por qué se justifica el crimen de estado en que se convirtió Tlataya, con la corrupción de los jueces y se afirma que es mejor un criminal muerto que uno en prisión? ¿Acaso no es usted presidente de la República y puede promover leyes y luego vigilar su cumplimiento que eviten la corrupción en el poder judicial? ¿Por qué no se ha hecho un esfuerzo serio por dar con los desaparecidos tanto del sexenio de Calderón como del suyo, con bancos de adn, investigaciones serias en todos los estados, búsqueda incansable de fosas clandestinas, investigaciones exhaustivas con cada criminal ¨pozolero¨, etc. Para darle tranquilidad a tantas familias?
¿Por qué seguimos solapando tanto monopolio en México? Monopolios que por la falta de competencia venden bienes y servicios de mala calidad y caros a los mexicanos. Monopolios que impiden el desarrollo de México como país. Monopolios como los de los bancos extranjeros y nacionales (oligopolio en sentido estricto), que cobran no sólo intereses elevadísimos sino también cuotas, recargos, sanciones, etc., y no hay autoridad que los sanciones y vigile por el bien de los propios mexicanos. Aquí surge la pregunta de ¿Por qué seguir solapando desde el gobierno a quienes abusan del pueblo de México? ¿Por qué convertir al gobierno en cómplice de quien daña a México?
¿Cuándo será aclarado el asunto de la casa blanca, o la de malinalco? ¿Y si no se pueden aclarar porque son errores cometidos por usted y su secretario de hacienda, ¿cuándo pedirán una disculpa al pueblo de México y donarán esas casas a mejores causas? ¿Cuándo se va a transparentar todo el embrollo de concesiones de obras a empresas allegadas a usted desde que era gobernador del estado de México? Los mexicanos queremos conocer las razones por las cuales a Higa y a otras empresas ¨amigas¨ se les han asignado miles de millones de pesos en obras. Y si se cometió un error legal al asignar esas obras ¿Cuándo les serán retirados dichos contratos? ¿Cuándo se dará usted cuenta que no sólo manchan su imagen estos presuntos actos de corrupción, sino que también manchan una imagen mucho más sagrada: La de México? Y eso, manchar la imagen de México es algo que muchos mexicanos jamás le perdonaremos.
Se que en nuestro sistema político el presidente jamás se equivoca. Sin embargo, el pueblo de México es tan noble que perdonaría uno o varios errores, siempre que fueran reconocidos y se corrija el rumbo. La principal reforma estructural que falta por llevar a cabo, es la que termine con el régimen patrimonialista del país. La que evite que los funcionarios públicos hagan uso de los fondos públicos como si formaran parte de su patrimonio personal. Esa que combata la impunidad y la corrupción –Pero de verdad-, esa que abra por fin el camino de la transparencia y la rendición de cuentas.
¿Cuándo señor presidente evitaremos la compra de votos, el tráfico de las necesidades humanas en tiempos de elecciones? ¿Cuándo será castigado de verdad un empleado de ¨prospera¨ que intimide a los ciudadanos beneficiarios, orientando el sentido de su voto? ¿ Cuando veremos justicia en todos y cada uno de los escándalos financieros que hemos vivido en México en los últimos tres sexenios? Y no me refiero exclusivamente a tener un chivo expiatorio, ¡No!, me refiero a realmente hacer justicia y restituir los bienes de la Nación que han sido desviados a bolsillos de particulares, tanto de su propio partido como de los otros partidos políticos.
¿Tendremos que esperar un sexenio más para tener un presidente patriota que verdaderamente ame a su país y se involucre en la solución de los problemas de fondo? ¿Tendremos que esperar a otro sexenio para que se inculque a cada mexicano todos y cada uno de sus derechos, y para que desde el poder se defiendan y respeten todos y cada uno de esos derechos que durante tantos siglos hemos añorado?
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