Ayer, conversando con uno de sus mejores amigos y colaborador cercano del ex gobernador durante su mandato al frente del gobierno de Veracruz, recordábamos y destacábamos, ¡quién lo hubiera imaginado!, que el último mandatario veracruzano que ha sido un ejemplo, el mayor ejemplo de un comportamiento al que lo distinguió la sobriedad republicana fue -lo que son las cosas- Patricio Chirinos Calero, ¡qué ironías!, probablemente el último con un comportamiento equilibrado, serio, centrado, y es que, efectivamente, Patricio Chirinos pudo haber sido un gobernador atípico, anticlimático, en exceso solemne, poco elocuente -sin grandilocuencias- y hasta un tanto áspero, pero fue un ejemplo de sobriedad republicana, de comportamiento y de ecuanimidad, por decir lo menos, sin duda, ¡qué cosas, quién lo hubiera dicho!