Le pasó como a Solalinde por andar de entrometido. Recuerdan cuando a los 2 o 3 días de que había ocurrido la desaparición infausta de los normalistas, este señor, al que en este espacio se le ha censurado por su activismo político porque esa no es la labor de un clérigo -su misión, ¡ojo, su mi si ón!- es pastoral, es predicar la palabra del señor y, con perdón de ustedes, no de andar en el mitote -dirían nuestros mayores, «no se puede andar en la misa y en la procesión al mismo tiempo»-, salió con la versión, venenosa por demás, de que a los jóvenes «los habían quemado vivos», tanto que luego cuando se ofreció para ir a oficiar un servicio religioso en memoria de lo muchachos, los propios padres lo rechazaron por andar difundiendo versiones no autorizadas sobre las supuestas causas de su muerte, bueno pues así le pasó a AMLO por andar ofreciéndoles a los padres la procuraduría estatal -además, a todo esto, ¡con qué autoridad hace ese ofrecimiento, además, pasando por encima de la de que va a ser el gobernador de Guerrero, así fuera el elegido el de Morena!- si eligen como gobernador al candidato de su partido, recibiendo como respuesta el rechazo generalizado de los padres. No, así no se puede gobernar a este país, perdónennos ustedes nuevamente, con ocurrencias e ínfulas de «jefe máximo».