Hoy cumple 70 años este «monstruo» de la guitarra, virtuoso entre los virtuosos, que ya tiene asegurado un lugar en lo más alto del salón de la fama del rock and roll. Es el creador de algunos de los blues más exitosos de la historia de la música. En plena «tercera edad» está a punto de sacar un nuevo álbum: Forever Man, que sale el próximo mes de mayo, el disco contendrá temas inéditos junto a viejos hits como Tears In Heaven -tema compuesto por el británico en honor de su pequeño hijo muerto en un accidente-. Clapton forma parte de una generación de grandes músicos, él solo ha vendido más de 12 millones de copias de sus discos y es autor de éxitos como I Shot The Sheriff. Rolling Stone lo situó en 2003 como el segundo entre los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos, detrás de Jimi Hendrix y por delante de Jimmy Page. El alcohol y las drogas han sido determinantes en la carrera de Slowhand («mano lenta») o como también se le conoce: el «dios de la guitarra», pero nada ha perturbado más la vida del músico como la trágica muerte de su hijo: «Conor era un precioso niño con pelo rubio, como el mío a esa edad, y ojos marrones», contaba Clapton sobre su hijo. Hasta que una mañana recibió una llamada anunciando su muerte. El niño de cuatro años se había caído, jugando, por una ventana abierta a nivel del suelo en el piso 53 de un rascacielos en Nueva York. Si de por sí la muerte de un hijo es devastadora para cualquiera, la muerte de un hijo así, en esas circunstancias, sin duda, es como si muriera uno en vida. Felicidades Eric.