El día de ayer no fue un día cualquiera, y no me refiero a que fue Domingo de Resurrección o a que volvió a cambiar el dichoso horario de verano, sino que apenas estábamos terminando la Semana Santa cuando ya tenemos otro viacrucis en puerta: las campañas electorales.
Y digo viacrucis porque algunos candidatos salieron a las calles a iniciar sus campañas sin siquiera tener una organización de la gente que les acompañaba.
Incluso generaron malestar entre los conductores de vehículos al caminar sobre las calles sin precaución alguna. Aquí he de reconocer que la Iglesia tiene mejor organización.
Pero le decía, ayer comenzó el tiempo reglamentario para hacer campaña, que gracias a Dios Resucitado sólo son sesenta días, aunque por el bien de todos nosotros les deberían aplicar la Cuaresma también y sólo hacerlo de cuarenta.
Según información de la Encuestadora Mitofsky, déjeme comentarle que sólo el 27 por ciento de los ciudadanos sabe que las próximas elecciones son en junio.
Y es que como es la elección de candidatos a diputados no tiene mucha afluencia como la designación de un alcalde, un gobernador o presidente.
Independiente a ello, la población está cansada de promesas de campaña que después no son cumplidas, incluso podríamos decir que no hay partido político que salve su imagen, incluidos aquí los nuevos como Morena, Partido Humanista o Encuentro Social.
Según la página de Mitofsky, el partido con más opinión negativa es el PRI, y el PAN se considera el que tiene una mejor opinión. Aunque a la hora de emitir el voto, los ciudadanos rechazan los llamados partidos “grandes” (PRI, PAN, PRD).
Aunque Morena es relativamente nuevo, es el cuarto más rechazado a diferencia del partido Movimiento Ciudadano que alcanza el 25 por ciento.
Aunque los ciudadanos no sólo desconfían de los partidos, sino de sus frases. Según una encuesta de Parametría, seis de cada diez ciudadanos no cree en los lemas de campaña que utilizan los partidos en sus spots; por ejemplo, nueve de cada 10 mexicanos recuerdan la frase: “el Partido Verde sí cumple”, del PVEM, pero ese eslogan tiene una credibilidad de 69%.
El Movimiento de Regeneración Nacional utiliza el lema “Morena es la esperanza de México”, recordado por 78 por ciento de los encuestados, pero tiene una credibilidad, pues siete de cada diez personas no cree en él.
El PAN a su vez destaca “y que nadie nos diga que no podemos, ¿a poco no?”, sin embargo a pesar de que lo recuerdan seis de cada diez encuestados, su credibilidad alcanza un 67 por ciento.
“Ser turquesa es defender la educación pública”, del Partido Nueva Alianza, es un eslogan que el 66 por ciento de los encuestados recuerda, sin embargo carece de credibilidad en 73 por ciento.
El PRI con su frase “en un país donde el cambio ya comenzó”, no se queda atrás, pues a pesar de que el 54% de las personas encuestadas lo identifica tiene el 66 por ciento de credibilidad.
Con respecto al PRD y su lema “somos la voz de los que tienen voz” sólo fue identificado por 49 por ciento de los encuestados pero aún así alcanza una credibilidad de 66 por ciento.
Con estos antecedentes podemos entender cómo muchos candidatos tratan de obtener mayor credibilidad de los ciudadanos disfrazando sus colores partidistas, mencionando otras frases, cambiando logotipos con la finalidad de deslindarse un poco de las “costumbres de sus partidos” y obtener votos a cambio, empezando así nuestro Calvario, aunque la semana mayor ya haya terminado.
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