«Lo sucedido con David Korenfeld no es otra cosa que el reflejo de nuestra cultura política, mejor dicho, subcultura política. Si lo comparamos con otras terribles fechorías, de otros que ocupan cargos públicos, seguramente lo de Korenfeld resulta un jueguito de video, un simpl «Pacman». Lo increíble de esto es que más se tsrdaban las redes sociales en sacudir el tema las redes sociales que la Presidencia de la República en asegura que no renunciaría. Hubo una reacción tardía, aunque lo bueno es que la hubo». Lo comenta Esteban Arce en «24 Horas».