Todos desean ganar en Xalapa urbano—me refiero a las 10 fórmulas de candidatos que les aceptaron el registro–, pero sólo una, lo logrará. Todo depende del trabajo que emprendan éstos: su empatía, estrategias, organización de la campaña, optimización de recursos, cumplimiento de la ley, acercamientos en la calle, bajo el sol rostizante o la lluvia, sudando y caminando mucho. Lo importante es llegar a cada hogar o grupo con la mejor voluntad de saludar, de convencer y de dejar en la mente un proyecto real, sin mentiras ni promesas, si no expresando con claridad los compromisos a cumplir.
Y eso es el propósito de una campaña política, dar a conocer los candidatos su pensamiento, propuesta y compromiso con los ciudadanos, para resolver muchas necesidades y problemas que presenta la capital y los municipios ubicados a lo largo y ancho del Estado de Veracruz.
Cosa que no todos lo están haciendo.
Algunos candidatos, como en el caso de Xalapa Urbano, no quieren hacer campaña. Y eso es grave. Creen que con estar en el café, en el Parque o en las bocacalles vociferando mentiras y descalificaciones ya cumplieron con el objetivo. Pero la verdad, eso es perder el tiempo…después que no se den por robados.
Algunos aluden al poco fondo económico para su campaña—pero ello surge de lo dispuesto por el INE y repartido en el país por los líderes de los propios partidos—y se entiende que cada partido lo debió hacer de forma equitativa, con todas sus fórmulas en el país. Por eso no se justifica la queja. Como por ejemplo, un candidato en Xalapa Urbano, se queja de tener poco dinero para su campaña, luego entonces lo más fácil es hacerla basada en la ofensa, en la diatriba, en sembrar incertidumbre, duda, desconfianza, etc., sentado cómodamente en un parque, como estrategia para descalificar desde ahí al o la contrincante más fuerte.
Pero la realidad es que esas son “patadas de ahogado” de quienes desde ahora se ven perdidos. En lugar de estar inventando formas de descalificación, deberían de trabajar, meterse a Xalapa en serio, reclamar a sus partidos o, saber hacer mucho con poco.
Van varias mujeres en campaña en Xalapa urbano, pero en el caso de Elizabeth Morales y Carla Vega, — fórmula del PRI y el verde ecologista en la capital–, sin duda son las que van a recibir todos los golpes, por eso hoy me refiero a ellas. Son la fórmula más fuerte.
La primera como mujer experimentada en estas lides, pues ya fue Diputada Federal y Presidenta municipal y la segunda, como joven valiosa que tiene buena imagen, representando el eslabón con las nuevas generaciones. Pero aquí lo que marca la diferencia es sin duda, el partido que las abandera, el PRI, que se quiera o no es el mejor posicionado estatalmente—y no lo digo sólo yo–. Y eso se logra cuando se trabajan los 365 días del año y no sólo cuando hay campañas. Y en particular en Xalapa, donde el PRI tiene un trabajo muy bien organizado y coordinado.
El soporte que da un partido a un candidato, es básico, y con ello quiero hacer la distinción separando a éste con toda acción de gobierno, pues son responsabilidades diferentes manejados por diferentes gentes. Si el partido como tal esta fraguado —y más hoy que se le atan las manos al gobierno para que no intervenga–, tiene ventaja sobre otros partidos nuevos, que aún les falta madurez y experiencia y por ende se ven desorganizados o sin presencia de militantes.
Un partido político fuerte y unido, no tiene pierde. La fortaleza de una campaña, la lleva en un 60 % el partido político y, le irá bien si está bien posicionado, si tiene buena estructura, si está vivo en el consciente o subconsciente colectivo; el otro 40 % lo lleva la candidata o candidato (titular y suplente), el equipo de trabajo o campaña y las estrategias. Cosas que no cuestan, porque la gente con experiencia e inteligencia, sólo aplica lo que sabe y colabora, aun sin recibir remuneración alguna, siendo la misma que trabaja todo el año a través de los sectores, organizaciones, agrupaciones y ciudadanos en el territorio.
Por eso los partidos, que se ven perdidos le apuestan desde ahora, a la campaña negra o sucia implementándola principalmente a través de las redes sociales; pero eso ya no opera, por atentatorio a la dignidad de las personas. Los ataques en las redes provienen comúnmente de gente inmadura –de cualquier edad–, que no sabe comportarse en los procesos y son los que votan con la vìsera o alientan la no participación. Y es muy respetable su paranoia cotidiana, pero jamás será la forma correcta para ganar votos de una población pensante.
La población votante ya está cansada de leer porquerías y oír descalificaciones, del manejo irrespetuoso de seguidores que tienen la encomienda de estar jorobando la paciencia las 24 horas del día. La verdad, como dicen los chavos, es de….flojera. Y miles de gentes se dan cuenta, del nivel tan bajo al que llegan los partidos “flojos”—los que no quieren caminar–, en su desesperación de llamar la atencion.
Por eso quien no pierda el tiempo descalificando al contrario y esté más ocupado en avanzar con la base, irá más rápido y ganará terreno con prudencia, respeto, sensibilidad y tolerancia, logrando el mayor número de adeptos.
Hoy el ciudadano valora la preparación, la inteligencia, la estrategia, el respeto, la vocación de servicio de los candidatos y el proyecto, etc., porque son más los que tienen convicción ciudadana y que votan con consciencia y madurez. Los candidatos a los que le va mejor, son los que traen la gente a su lado y sus adeptos los quieren ver triunfantes. Con ese tipo de militante, que no busca dinero sino triunfo, que tiene la voluntad de hacer las cosas bien para que se obtengan los mejores resultados, cualquier presupuesto alcanza.
Lo que pasa es que hoy, hay que desacostumbrarse de las viejas prácticas que hicieron que se comercializara el voto y que la gente no votara con convicción, si no por conveniencia.
En el caso del PRI/Verde en Xalapa urbano, he visto a Elizabeth Morales García y a Carla Vega Yunes, durante estos días y observo un gran ánimo. Su logotipo de campaña, lleva la imagen de una hermosa mujer que desea alcanzar una paloma; es muy bello, porque significa el esfuerzo de lograr todo con sensibilidad, empeño y en paz. Están caminando 12 horas diarias, comiendo en los vehículos, soportando el sol y durmiendo poco, con tal de atender a todo el que se acerca. Es decir, no pierden el tiempo, por el contrario aprovechan esta inercia de acercamiento.
Ambas poseen preparación académica y en el caso de Elizabeth, experiencia social y política y en el servicio público. Fue conductora de radio y TV, por muchos años, en programas cuyo objetivo era la atencion a los grupos más necesitados de Xalapa y la región. Posee experiencia política, porque ha sido la única candidata que ha llegado a más de cien mil votos en la primera ocasión que fue diputada federal, –cifra sin precedentes en la capital–. Su labor en el servicio público, como legisladora federal, fue excelente. Gestionó en aquellos años, un Fondo Federal que hizo que se incrementaran las participaciones para los estados del país, en especial para el Estado de Veracruz y para Xalapa. Con ese fondo, se hizo obra en Xalapa cuando menos en las dos últimas administraciones y aún se sigue utilizando hasta la fecha.
Igualmente como Presidenta de la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados, gestionó para Veracruz, la organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe que dejó una derrama económica importante a la entidad, gesta que también dejó una infraestructura deportiva de primer nivel, que habrán de aprovechar las generaciones presentes y futuras de nuestro estado.
Pero lo más importante que he observado es, que cuando llega hoy a las colonias—cercanas o lejanas–, siempre hay una obra que se identifica como parte del trabajo realizado cuando fue Presidenta Municipal de Xalapa. Llega con la convicción de que hay algo en el territorio que tiene su sello, en especial en las zonas más modestas: una calle arreglada, un sinnúmero de avenidas de muchos kilómetros de concreto hidráulico, una planta de tratamiento agua potable, una red de agua o de alumbrado, un parque de juegos, un centro de ejercicio y gimnasia, un puente, un mercado remodelado, una obra pensada para los discapacitados y ancianos o para atraer turismo, para mejorar el empleo en Xalapa, etc. etc. etc.
La función de un diputado federal es legislar y gestionar recursos federales para las entidades del país, pero pugnando con mayor interés en el despegue de su propio Estado y en particular su distrito. Y para que ello se logre, se necesitan más recursos y a eso se tendrá que abocar quien llegue a la Cámara baja y qué mejor lo haga alguien que tiene experiencia. Hoy más que nunca se necesita despuntar el Estado y en particular a Xalapa en: el turismo, generar más empleos, aumentar las participaciones a las universidades públicas, gestionar con oportunidad los apoyos en zonas vulnerables en caso de desastres naturales y lograr que el clima de inseguridad disminuya para vivir en paz y en armonía, entre otras cosas.
Pero, las campañas ya iniciaron y estamos a mes y medio, del día 0 y aun habrán de aguantarse muchas cosas.
Todos los candidatos se habrán de probar en su carácter, tolerancia y templanza. A unas más que otros. A Elizabeth, –como a muchas otras mujeres que andan en campaña en el Estado–, la han atacado no sólo por ser mujer, sino porque siempre ha rebasado records de productividad en donde ha estado y eso les molesta a algunos. ¿Quizás porque fue la única capaz de romper el molde del poder varonil que imperó en Xalapa por décadas y no le perdonan que haya sido la primera mujer en llegar a la Presidencia de Xalapa por elección y la primera a la Diputación Federal?
Pero qué bueno que ese tipo de mujeres: guerreras, incansables y de gran voluntad de servicio, que siempre les ha costado el doble de trabajo conseguir sus metas personales e institucionales, qué bueno que no se amilanen, por el contrario, espero que se crezcan al castigo, en su empeño de lograr sus propósitos y cosas mejores cada día, para los demás.
Gracias y hasta la próxima.