Hola candidato. El tema que quiero tratar contigo es de sumo interés para la nación. Estoy consciente de que muy pocos de tus posibles electores se han dado cuenta del rumbo que lleva la economía del país, y también estoy seguro de que entre los candidatos de todos los partidos políticos que buscan ser diputados federales, muy pocos –desgraciadamente para el país-, están al tanto de lo que van a enfrentar a partir del primer día que asuman su curul.
Alguien te tiene que abrir los ojos, y ese me temo que seré yo. Con tu poca o mucha experiencia tendrás que enfrentar por primera vez en los últimos 20 años una crisis económica terrible. Ya estamos en el inicio de ella, pero como sabrás, siempre que hay elecciones, la economía se estimula de manera artificial para que el partido en el poder, minimice el rechazo electoral, por los bolsillos vacíos de los ciudadanos, pero ese bienestar artificial no puede sostenerse más allá del siete de junio próximo, y a partir de ese momento, entraremos en una espiral descendente tan brutal que puede poner en riesgo la estabilidad del país.
Tendrás que decidir entre aceptar las sugerencias de la Secretaría de Hacienda en cuanto a recortes se refiere, o si tratas de hacer lo más justo y menos grave para los pobres de México.
Nada más para darte una perspectiva, en cuanto a gasto público vamos a tener un recorte más grave que el sufrimos con la crisis del error de diciembre de 1994. Además vamos a tener una recesión más grave que la de 1995 o la de 2008. Tendrás que decidir si se recortan salarios y gastos de la burocracia, tendrás que escoger entre recortar gasto corriente o gasto de inversión. Y lo primero que yo me pregunto y te pregunto, es si conoces la diferencia entre ambos tipos de gastos.
¿Sabes acaso cuánto ha crecido el gasto corriente en los dos últimos sexenios del PAN y en este sexenio del PRI? ¿Serás capaz de sacrificar los salarios de los burócratas? ¿O vas a decidir someterte al cálculo político de Hacienda, y escoger los recortes con menor coste político aunque tengan mucho costo social?
Me explico: Gracias a la bonanza petrolera a partir del foxiato, se incrementó el ingreso de toda la nación, cientos de miles de millones de dólares entraron a la economía nacional, ya que PEMEX le entregaba ese dinero al tesoro de la Nación, y esos excedentes se usaron para incrementar muchísimo el número de empleados de la federación y con salarios nunca vistos en México. También una parte de esa riqueza se distribuyó a estados y municipios. Y sucedió lo mismo o peor. A diferencia de la federación, los estados y municipios eran (y son) menos vigilados en cuanto al uso de sus recursos, esas carretonadas de dinero, se usaron paga gastos como arreglar la iglesia del pueblo o el quiosco, o la banqueta, o cualquier otro gasto que no impacta verdaderamente en el desarrollo de los pueblos y ciudades, y sobre todo, en mayor cantidad de puestos de trabajo para amigos y gente que apoya en las campañas o en lo que ha sido común en nuestro país, el desvío de fondos públicos, el robo descarado para llevarse ese dinero a los bolsillos de los funcionarios de los distintos niveles de gobierno.
A estas alturas, pensar que un municipio va a recortar personal, o que un estado va a reducir su gasto corriente, cuando los gobernadores son verdaderos amos y señores de vidas y haciendas en los estados, es muy difícil. Pensar que la racionalidad económica va a llegar de un plomazo es aspirar a una utopía en dónde todo mundo se apropia de los recursos públicos.
Pero es a eso a lo que te vas a enfrentar. A una reducción brutal de un 20% o más del gasto público y tendrás que decidir dónde, cómo y cuando se va a aplicar dicho recorte. Tú y yo sabemos que con eliminar la impunidad, lo que traería consigo la minimización de la corrupción en el país, sería suficiente para enfrentar fácilmente la crisis que viene. Pero también sabemos que los funcionarios y políticos prefieren que el pueblo sufra hambre y penurias antes que sacrificar un solo privilegio de la clase gobernante y de la burocracia.
Por eso es tan importante que quien represente a cada distrito electoral tenga un mínimo de preparación económica. Pues el problema del segundo semestre de 2015, 2016, 2017 y principios del 2018 será precisamente uno de índole económico. Una crisis económica que pondrá en riesgo la estabilidad del país. Un momento de crisis que llega cuando no hemos querido-sabido-podido aprovechar el bono petrolero y el bono generacional.
El país es como una familia en la que el padre se gana la lotería y se gasta todo el dinero, para de repente darse cuenta de que hizo ricos a los restaurantes y tiendas dónde compraba, pero que ahora su familia es más pobre que antes de sacarse la lotería. Eso mismo ha pasado con México, y el haber desperdiciado esas oportunidades hace que ahora, con nuestro desempleo, con nuestro escaso crecimiento económico, con nuestra poca vocación de solidaridad, con nuestra limitada capacidad para crecer, todo ello, nos tenga a merced de intereses ajenos a los de nuestro México. Simple y llanamente, porque la realidad se nos viene encima de una manera brutal.
Tomar las medidas equivocadas, en un país dónde Morelos, Guerrero, Michoacán y Oaxaca rondan los límites de la ingobernabilidad sería funesto para la estabilidad social. Si a ello le aunamos que hoy ya tenemos más del cincuenta por ciento de la población en niveles de pobreza, y con graves afectaciones al campo, como es la falta de productividad, la dependencia alimentaria, las plagas (como la roya), y la ausencia de investigación los últimos 20 años, todo ello me hace sentir que estoy sentado fumando encima de un polvorín, y que el mínimo error puede hacer que todo estalle. Piensa, será tu responsabilidad. ¿estás a la altura?
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