No faltarán historiadores mexicanos que esclarecerán los hechos y pongan la verdad en su lugar; la verdad que tiene el privilegio de asegurar la duración de todas las obras que señalan hechos históricos, transmitiéndolos a la posteridad
Ángel Rafael Martínez Alarcón.
El Conde de Aranda, embajador de Carlos IV en la corte francesa, informaba a finales del siglo XVII, que la nueva nación de Norteamérica, ambicionaba las tierras del gran virreinato de la Nueva España, con un territorio de más de cuatro millones de kilómetros cuadrados. A principios del siglo XIX, el científico alemán, con autorización del mismo monarca. Recorre parte del virreinato de la Nueva España, posteriormente publica su tratado: Ensayo político sobre el reino de la Nueva España; para muchos historiadores consideran que este informe sirvió para que las potencias europeas y la recién fundada nación norteamericana pusieran sus alertas de las riquezas que poseía el México independiente.
El siglo XIX, mexicano estuvo marcado por las guerras de intervención por parte de potencias extranjeras; primeros los españoles, luego los franceses, los norteamericanos, nuevamente los franceses. Es por medio de la guerra, que nuestro país antes de la segunda mitad del siglo XIX, pierde el 50 % de territorio nacional, por medio de la guerra iniciada en1846, con una duración de veinte meses. Somos de las pocas naciones del mundo que haya sufrido tantas invasiones militares por parte de ejércitos extranjeros, en menos de 26 años de haberse formado el Estado Mexicano y su ejército.
El congreso local de Veracruz ante los acontecimientos de la invasión norteamericano, hace un llamado a los habitantes veracruzanos: El Congreso del Estado Libre y Soberano de Veracruz. A sus comitentes. La nacionalidad e Independencia de Mégico están amagadas; nuestra preciosa Libertad peligra, y los Veracruzanos, volando al lugar del peligro, contestarán a la Nación con el acento de los valientes: MORIREMOS COMO HOMBRES LIBRES. Sala de sesiones del Congreso del Estado. Jalapa Enero 21 de 1847.
La batalla de Cerro Gordo, la historiografía nacional se manejado como una derrota, la cual no podemos negar, pero si pensamos que Ejército Mexicano, era muy joven con apenas 25 años su creación, y además mal armado, luchó contra un ejército profesional y con todas las armas modernas de aquellos años, en cambio nuestro ejército se fue formando muy precariamente. En estos 168 años de la batalla, sólo se recuerda la muerte del General Ciriaco Vázquez, como si fuera sido el único protagonista de la batalla, en todos estos años, no hemos hecho un justo reconocimiento a los cientos de soldados anónimos que lucharon por la soberanía nacional, suena cruel que al batallón de San Patricio, formado por irlandeses, lucharon a lado de los Mexicanos se le haga también con justicia anualmente su homenaje. Hoy a casi 17 décadas en estos soldados ofrendaron sus vidas en defensa del territorio nacional en contra el ejército invasor de Norteamérica, es más que justo en hacer el más que justo homenaje a los caídos en estas tierra de Veracruz.
A continuación algunos testimonios de la época, Antonio López de Santa Anna, escribió:. El general Scott, sabiendo que dando tiempo a la reunión de fuerzas y a los adelantos de la fortificación le sería difícil o muy costoso el paso por Cerro Gordo, apresuró sus movimientos. Destinó una de sus divisiones a tomar el cerro del Telégrafo (la altura principal), y en toda una tarde no lo consiguió, dejando el terreno cubierto de sus cadáveres. Scott, alarmado por ese descalabro, atacó con todas sus fuerzas en la mañana siguiente; la posición fue defendida valerosamente cinco horas; cuatro mil milicianos inexpertos resistieron el empuje de catorce mil veteranos con brillante armamento, causándoles pérdidas considerables; y cuando no pudieron más tan bizarros milicianos, se retiraron ordenadamente, por veredas desconocidas del enemigo.
El xalapeño, José María Roa Bárcenas, escribe por la intervención militar de los vecinos del norte: La guerra con los Estados Unidos nos halló en condiciones desventajosísimas a todas luces. A la inferioridad física de razas, uníamos la debilidad de nuestra organización social y política, la desmoralización, el cansancio y la pobreza resultantes de veinticinco años de guerra civil, y un ejército insuficiente en número, compuesto de gente forzada, con armas que en gran parte eran el desecho que nos vendió Inglaterra, sin medios de transporte, sin ambulancias ni depósitos. La federación, que en el pueblo enemigo fue el lazo con que Estados diferentes se unieron para formar uno, fue aquí la desmembración, del antiguo para construir Estados diversos; cambiamos nosotros, en sustancia, la unidad monetaria del peso por los centavos que había reducido a peso fuerte nuestro vecino.
Conmemorar a los caídos en la batalla de Cerro Gordo, es un acto de justicia a estos hombres que dieron su vida por la libertad de su nación, durante estos 168 años que ha transcurrido, donde el imaginario nacional, sólo se ha queda que fue una batalla que nos derrotaron, que López de Santa Anna salió huyendo hacia la zona de Huatusco, así como el fallecimiento del militar Ciriaco Vázquez; pero centenares de soldados cayeron muertos por las balas del ejército invasor; algunos autores señalan que más de tres mil otros sólo 459 soldados muertos. Muchas preguntas nos hacemos, donde fueron sepultados, sus nombres, apellidos, edades, grados militares, como también por que olvidó, si ellos supieron responder a la defensa del país. Después de la batalla, que terminó a los diez de la mañana, el ejército invasor, continúo su camino, hacia la ciudad México, el 19 de abril arriba a la ciudad Xalapa, capital del Estado de Veracruz; en el Archivo Histórico Municipal de Xalapa, encontramos una serie de documentación que nos informa puntualmente de la batalla de Cerro Gordo y la llegada del ejército invasor a Xalapa. En esta batalla, se administró por vez primera la anestesia, una docena de soldados heridos del ejército invasor; fue aplicada por el médico militar Eduard H. Bartón. Los invitó a ver un testimonio oral: http://www.martinezalarcon.info/2015/04/entrevista-con-ignacio-lagunez-garcia.html
Quiero agradecer al maestro Vicente Espino- Jara, Presidente de la Unión Cívica Xalapaña, por impulsar tan importante acto para honrar a los caídos por la Patria, como también a un grupo de habitantes de la congregación de Cerro Gordo, Olmo, Rodríguez, Ignacio Lagunés, García, Héctor Manuel Lagunes, Nemesio Lagunes García.