En su primer aniversario luctuoso, el maestro Mateo Oliva Oliva recibe un singular homenaje: “Pintoesculturas, Conciertos Didácticos”, del artista Juan Alberto Hernández Ortiz. De esta forma, la sede del Poder Legislativo se mantiene como un espacio alterno para las artes plásticas y escénicas. Algo digno de comentar y difundir.

Recordar al maestro Oliva es remitirnos a una Xalapa diferente, añorada, pero no por eso menos viva. Eran tiempos en que podíamos escuchar a los grupos artísticos en las plazas públicas, y en el que muchos neófitos aprovechábamos para “matar” nuestra ignorancia.

Mateo Oliva fue educador y promotor incansable de la música. Era un personaje al que podíamos acercarnos para platicar y aclarar nuestras dudas. Se decía que Mateo “hacía cantar a todos”. Autor de varios temas e innumerables arreglos para orquesta. Sobre todo para la que fue su pasión de vida: la Orquesta de Música Popular de la Universidad Veracruzana, fundada hace 48 años.

La exposición consta de 14 cuadros en tercera dimensión que incluyen una ficha técnica, con fotografías de gran calidad que sirvieron de referencia para elaborar cada uno de ellos: “Plasman el momento en que el músico logra el milagro de que las niñas y los niños toquen un instrumento musical.”

Son decenas de personas –quizá cientos–, a lasque el maestro Oliva infundió el gusto por la música. Ahora tenemos bandas escolares en las secundarias. Algunas con presentaciones en el extranjero. Mucho de esto no se puede comprender sin el trabajo de Mateo Oliva y su labor de promoción y difusión en nuestra ciudad y en el estado.

Celebro que se le recuerde. Que sus amigas y amigos rindan tributos personales a su trabajo y que nos lo compartan. Que las nuevas generaciones sepan de alguien que –como ellos– hizo de su trabajo una pasión de vida.

Sin ser afortunada de contar son su amistad, el maestro mateo Oliva era cercano a muchas familias de Xalapa. De una u otra manera se sabía de él como uno de los personajes de la época. Se hablaba de sus presentaciones, de sus arreglos, de su orquesta. Tanto en la Universidad Veracruzana como en la Benemérita Normal Veracruzana. Porque a final de cuentas, muchos de nuestros parientes estaban en una u otra institución educativa.

Es bueno recordar que si aún mantenemos el epíteto de “Atenas Veracruzana”, mucho se debe a personas como la que hoy nos ocupa. Ahora corresponde a los nuevos creadores e intérpretes de las diversas artes continuar con un trabajo que inició desde el siglo pasado.

No basta decir que contamos con la Orquesta Sinfónica más antigua del país, de nuestra facultad de Teatro o de Artes Plásticas. No. Tenemos que ser público y hacer nuevo público. Cualquiera que sean nuestros gustos y aficiones. Una “Atenas” se construye con todos: quienes están en escena y quienes vamos a verlos.

Creo que somos el referente cultural más importante del Oriente de nuestro país, y mucho de eso se lo debemos a personas como Mateo Oliva Oliva. Ahora son los tiempos de los nuevos artistas, pero también son nuestros tiempos. Hasta que la muerte nos llegue.

Por hoy es todo. Le deseo un excelente inicio de semana y ojalá acuda al Palacio Legislativo a ver y apreciar la exposición-homenaje a nuestro querido Mateo. Nos leemos en la próxima entrega.