Como que en México ya nos estamos empezando a aproximar a lo que pasa en política en los países desarrollados: que cuando un político o gobernante incurre en un escándalo amoroso o de conflicto de interés, de inmediato tiene que renunciar. Y en el Estado de México después de la renuncia del directivo de OHl, Pablo Wallentin, todo mundo está esperando a ver que va a pasar con el titular de Comunicaciones del Estado de México, Apolinar Mena, supuestamente involucrado en sobre precios de obras con el directivo de la empresa española.