Natalicio

Uno de los personajes más reconocidos en la historia del Estado de Veracruz por su labor en favor de la comunidad al impulsar la creación de hospitales, caminos y puentes para comunicar a las poblaciones de nuestro territorio, fundador junto con Enrique C. Rebasen de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, aguerrido defensor de las causas justas, luchador al lado de Ignacio Zaragoza en la gloriosa batalla del 5 de mayo entre otras de sus destacadas acciones y que ofrendó su vida en favor del pueblo, falleciendo en el ejercicio de su funciones como gobernador.

Doña Tranquilina Lara fue su progenitora y su padre llevó el nombre de Camilo Enríquez. Juan de la Luz, vino al mundo en estas tierras veracruzanas cuando el sol anunciaba su llegada al clarear el alba, las aves iniciaban con su canto el nuevo día acompañadas por el murmullo del Papaloapan. En ese paraíso llamado Tlacotalpan nació este prócer el 16 de mayo de 1836, hijo de una familia típica de la región, que se preocupó por su educación hasta que el joven Juan decide por la carrera militar ingresando el 15 de noviembre de 1853 como aspirante de la Marina, ante la oposición de su padre.

Fue un defensor de la patria participando en la guerra de Reforma y en distintas batallas en los estados de Jalisco, Guanajuato, Veracruz, en Michoacán inicia su lucha en contra de la dictadura de Antonio López de Santa Anna. Fue un hombre de principios, su condición de liberal nunca la abandonó, y muestra de ello es su defensa de la patria ante la intervención francesa combatiendo a las fuerzas invasoras en batallas tan importantes como la del 5 de mayo en Puebla en el año de 1862, solo por citar el más conocido enfrentamiento, sin embargo participó ese mismo año en la batalla de la costa del Sotavento y en otras más durante los siguientes cuatro años.

Durante una etapa de relativa calma, en 1869, el general Porfirio Díaz le asigna trabajos administrativos hasta que el mismo Díaz lo manda a sofocar a los insurrectos del sureste en contra del gobierno, acción que ejecuta en contra de su voluntad.

Durante las elecciones de 1884 del estado de Veracruz designan a Juan de la Luz Enríquez como Gobernador. Militar y político de ideario liberal, su experiencia en los recorridos por el territorio nacional como combatiente y defensor del país le hacen comprender las condiciones en que viven los más necesitados por eso cuando llega a la gubernatura de inmediato decide dar apoyo para mejorar las condiciones de trabajo, se hace partidario del Estado de Derecho y de la separación de la iglesia.

Ya en funciones elimina la alcabala, introduce el alumbrado en varias comunidades, hace mejoras en las instalaciones portuarias de nuestro litoral, crea los talleres Gráficos administrados por el Estado, con el propósito de reinsertar en la sociedad a los delincuentes promueve la creación de penitenciarias con los primeros programas de readaptación social, y cambia los poderes de la ciudad de Orizaba y los restituye en Xalapa.

En la etapa en la que le corresponde ser gobernador, el estado contaba con un aproximado de seiscientos mil habitantes, con un analfabetismo que posiblemente rebasara el 85% de la población, preocupado por esa grave problemática con la ayuda del maestro Enrique Laubscher crea la Academia Normal en Orizaba, en esta institución se capacita a los maestros empíricos hasta ese momento, para prepararlos y reinsertarlos con nuevos métodos aprendidos. Además expide un decreto para la creación de 18 escuelas cantonales y como colofón con el apoyo de Labuscher y Enrique C. Rébsamen crea la Escuela normal del Estado, cuya inauguración se da el 30 de noviembre del año 1886. Fue tal su impacto que marca un hito en la historia educativa del país siendo modelo para otros estados de la República que se abocaron a la realización de escuelas elementales y escuelas normales para abatir el grave rezago educativo en el que se encontraba la mayoría.
Un repentino ataque al corazón termino con su vida el 17 de marzo de de 1892, a su funeral asistieron más de cinco mil xalapeños, sepultado con honores al tercer día de su fallecimiento, fue declarado Benemérito del Estado tras su muerte. Como parte de los reconocimientos por su valor y trabajo en beneficio de Veracruz el Ayuntamiento de Xalapa solicitó a la Legislatura que la capital del estado llevara el nombre de Xalapa-Enríquez.

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