Desde su posición de dirigente estatal del priismo veracruzano y desde su postura de militante tricolor hecho desde la base misma, Alfredo Ferrari Saavedra ha tomado el toro por los cuernos y da la pauta a sus candidatos con una actitud combativa, echada para adelante, entrona, como corresponde al líder de un partido en plena época electoral.
La razón o las razones que tenga Ferrari en sus planteamientos en favor del instituto político que él encabeza y en contra de sus opositores pueden ser más o menos válidas, pero lo realmente importante es la actitud que está mostrando, en apoyo de los 17 aspirantes tricolores que andan buscando una curul federal por Veracruz.
Es cierto, por otra parte, que Alfredo Ferrari ha venido haciendo declaraciones tronantes, pero se ha logrado mantener, sin embargo, dentro de los límites del “íntimo decoro”, pues ha conseguido evitar el insulto, la diatriba, la ofensa en contra de sus oponentes.
Ferrari Saavedra es reiterativo en pedir a los otros partidos políticos y a sus candidatos que se conduzcan “con apego a la ley, con respeto, ejerciendo una política sana”, y ha insistido en que “con mentira y lodo no se ganan las elecciones”.
Y más: “Exigimos” -vean bien: no pide, exige- “a todos los partidos políticos y en particular al PAN que respeten a la ciudadanía y que eviten confundirla en su afán de ganar” (sic) “un efecto mediático; los exhortamos a conducirse en el marco de la verdad y respeto político”.
Muy en su papel de líder partidista, Alfredo Ferrari ha contestado firmemente al líder nacional panista, Gustavo Madero, y ha puesto en su lugar las supuestas 20 órdenes de aprehensión que según este último ha girado la PGR en contra de exfuncionarios del Gobierno de Veracruz, entre ellos varios candidatos priistas. “Hay acciones que están en la Auditoría Superior de la Federación” -explica- “que se están revisando, y los tribunales son los que van a resolver. Es un tema que en ejercicio del proceso administrativo está en proceso” y a partir de ahí concluye que “lo que diga Gustavo Madero son estrategias infundadas, mediáticas”.
Como corresponde a quien está a la cabeza, Ferrari Saavedra mantiene un discurso triunfalista (si él no creyera en sus candidatos, ¿quién?) y reitera en todos los foros posibles que su partido se mantiene a la cabeza de las preferencias electorales, y que de ese hecho proviene la guerra sucia que los opositores han reimpulsado en los últimos días.
Bien que el priista no se quede callado, bien que asuma una postura combativa, bien que ponga el ejemplo entre sus candidatos y militantes. Un liderazgo no se construye por decreto ni por un nombramiento; un liderazgo se forja y se conquista todos los días con acciones y con palabras.
Priista puro, de origen, orgánico, no transgénico, Alfredo Ferrari está dando muestra de que no se equivocaron quienes vieron en él al más idóneo para que condujera este complicado proceso electoral, y que diera ejemplo y fuera modelo para todos sus correligionarios.
Ahí la lleva…
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