De acuerdo a como transcurrió la jornada electoral en Veracruz y con los resultados que arroja el PREP, podemos decir que en el ámbito estatal hubo un gran ganador y un gran perdedor.
El gran ganador es Javier Duarte de Ochoa, quien como Gobernador y como priista entregó las mejores cuentas posibles.
Es más, si un gran demiurgo le hubiera concedido que él pusiera los resultados de la elección a su antojo, seguramente los hubiera elegido como quedaron: con una gran mayoría para la coalición de su partido y el PVEM; con sus cuatro más cercanos amigos y colaboradores -Silva, Carvallo, Lagos, Mota- con sendos triunfos inobjetables; con dos victorias para el PAN, dos para Morena y una para el PRD, que legitiman el respeto a la voluntad popular de parte de su gobierno, y con una jornada tranquila, sin violencias, libre de actos vandálicos.
El duartismo se ha alzado con un excelente resultado en Veracruz, y este hecho traerá consecuencias inmediatas en lo político y probablemente en lo financiero para el estado, aunque no lo no lo quieran creer algunos emisarios del pretérito y hasta algunos sobrevivientes del antepretérito.
El Gobernador logró sacar avante este complicadísimo proceso electoral, y seguramente eso añade buenos puntos en su cárdex ante la federación y ante el Presidente.
Y a partir del 1º de septiembre contará además con el apoyo y las gestiones de 16 diputados uninominales de la bancada veracruzana, a la que habrá que agregar uno o dos pluris, de acuerdo a como quede la distribución de la representatividad proporcional en la nueva Legislatura. 17 o 18 diputados afines, entre los cuales están los cuatro políticos más cercanos a su proyecto… ni más ni menos ese proyecto que nació hace 15 años en la minúscula oficina de 2×2 metros que compartían cinco muchachos llenos de sueños y de hambre en el Senado de la República.
Veracruz será el estado que tenga la segunda mayor representación de diputados priistas y Javier Duarte de Ochoa va a ser el Gobernador con mayor número de diputados en el ámbito de su influencia (me explico, el Edomex tendrá una bancada más numerosa, pero varios representantes mexiquenses van a tomar acuerdo directamente con el presidente peña Nieto y no con el gobernador Eruviel Ávila).
Y el gran perdedor, oh paradojas de la vida, es Fidel Herrera Beltrán, quien vio enterradas sus mejores expectativas como político vigente ante la derrota que sufrió de manos de su enemigo mayor, Miguel Ángel Yunes Linares, con el que ha protagonizado por años la abuelita de todas las batallas.
Casi un 2-1 a favor del panista Francisco Gutiérrez de Velasco le recetaron los boqueños a la paladina fidelista Carolina Gudiño, quien así pagó el alto precio de su soberbia y su alejamiento de la gente, que es algo similar a lo que le pasó a otra política forjada por el tío Fide, Elízabeth Morales, quien por primera y última vez en su vida sufrió una derrota sonora y humillante en las urnas (y digo lo de última, porque después de ese quemón histórico será imposible que vuelva a participar en elección alguna en el futuro).
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