Por Ramón Durón Ruiz

Aristóteles afirmó: “El hombre es un animal político”. Y en ese animal político que llevamos a flor de piel, para el Filósofo de Güémez, es fundamental hacer un sano equilibrio entre política, ética y moral, que nos lleve a garantizar buenos resultados.
En una transición democrática excepcional, como la nuestra, pues en los años recientes, mientras en más de 17 democracias del mundo ésta fue pactada, en la nuestra, en el 2000 fue votada casi plebiscitariamente; 15 años después, miles de mexicanos esperamos pacientemente los buenos resultados en el combate a la pobreza extrema, la generación de empleos y el combate a la impunidad y a la inseguridad.
Desde la visión ranchera del Filósofo, las elecciones de éste domingo, nos dejan cinco lecciones:
Primera lección, el Síndrome del toma todo, todos dicen que ganaron, pocos quieren reconocer que perdieron, pero en el fondo quien ganó fue México, ganó nuestra democracia, con una jornada electoral tranquila, en paz, con una cordura y civilidad política ejemplar, en donde fracasaron los violentos, los que le apostaban a que el país se incendiaría, los radicales que no van en busca de la paz, ni la consolidación de la democracia, sino de la desestabilización político-social.
En éste tema, es justo reconocer los buenos oficios políticos del Secretario de Gobernación, en Estados como Oaxaca, Guerrero y Michoacán, en donde a pesar de que algunos le apostaron a violentar las elecciones e incendiar el proceso… fracasaron.
Segunda lección, en nuestra transición democrática se consolida la figura del candidato independiente, que marca un hito histórico, que desde Nuevo León, ciudadaniza la política y transforma nuestra partidocracia, que tiene que apostarle a la renovación, para no quedarse en el pasado. Partidocracia que gracias al andamiaje jurídico hecho por ellos mismos, tiene mucho poder político y económico… pero muy poca representación popular, la mayor parte de los partidos políticos son rechazados por los ciudadanos.
Tercera lección, el referéndum para gobernantes y para el Presidente Enrique Peña Nieto, que a pesar de que en la pasada evaluación su gestión gubernamental fue desaprobada por la ciudadanía, ahora según el PREP su partido obtiene la mayoría de las nueve gubernaturas, recupera Sonora y Guerrero, mantiene Colima, Campeche y San Luis, y pierde Baja California Sur, Querétaro, Michoacán y Nuevo León, manteniendo una mayoría simple en la Cámara de Diputados, en las urnas, queda demostrada la aceptación ciudadana a los candidatos de su partido y a sus reformas estructurales y gobierno.
Cuarta lección, hago votos por que los candidatos ganadores ojalá no tengan el Síndrome del gavilán estreñido, ese que planea, planea, planea… ¡y no suelta nada!
Ahora sigue que los ganadores suelten, cumplan sus promesas de campaña, trabajen en la reconciliación y el acuerdo, porque una sociedad no reconciliada es una sociedad perdedora, y México es un país más grande que sus problemas, en donde el Filósofo de Güémez invita a los ganadores a gobernar con los mejores hombres al margen de amigos, ciudadanizando el gobierno con hombres y mujeres que lo prestigien.
Quinta lección, quedó demostrado tácitamente la autoridad moral y la capacidad técnica que Instituto Nacional Electoral tiene para organizar nuestras elecciones, pues fue capaz con su estructura –con un millón de funcionarios electorales–, de instalar casillas, recibir y contar votos, realizar la elección en tiempo y forma, sobreponiéndose a quienes le apostaban al desorden y el incendio electoral en el país, entregando buenos resultados.
Sexta lección, de la utilidad que tuvieron los millones de spot que nos atosigaron durante todos los día de campaña, si no se venció abrumadoramente el abstencionismo, si votó más del 50% de los ciudadanos, que es el propósito de un país con alta civilidad política.
Séptima lección, hago votos porque los candidatos triunfadores no tengan el Síndrome del aquimichu… dos pasitos pa’ delante y uno pa’ atrás, pa’ atrás ni pa’ agarrar vuelo, que se entreguen con pasión para que la ciudadanía sienta los buenos resultados en todos los rubros.
HOY México emplaza a todos los actores políticos, a participar en una etapa de profundas transformaciones democráticas, en donde se haga a un lado la incertidumbre y turbulencia política, que se sufre en algunas regiones del país.
Y con una convocatoria audaz, trabajemos en la reconciliación y el acuerdo, que construya una gobernabilidad democrática, en la que al rediseñar el régimen institucional, lo flexibilice para procesar sin conflicto las demandas ciudadanas y la rica pluralidad, haciendo un régimen incluyente para el ciudadano, dando la certidumbre de un México mejor.
Hablando de política, el Filósofo de Güémez dice:
“Los buenos políticos son como el amor de madre… ¡NO SE FIJAN EN ‘INGADERAS!
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