Finalmente la debacle no se consumó. Muchos se llenaron de entusiasmo cuando las primeras cifras arrojadas por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) mostraban un avance de los partidos de oposición y un rezago por parte del partido oficialista. Sabíamos que nuestro entusiasmo debía ser mesurado, pues los votos que se contabilizaban eran de zonas urbanas donde los niveles de escolaridad son más altos, y por lo mismo el voto se considera más reflexionado. Pero en las redes sociales la gente se dejó llevar por el entusiasmo y hasta celebraban las muchas derrotas del PRI; las muy merecidas derrotas de un partido que nos mal gobierna y nos mal administra.
Por un momento se pensó que con el voto en contra los veracruzanos le cobrarían a Javier Duarte los malos manejos financieros y el escandaloso enriquecimiento de sus funcionarios públicos. Precisamente varios de esos funcionarios enriquecidos buscaban una diputación federal, para estar al menos tres años disfrutando su fueron y seguir mamando de la misma ubre que los tiene hinchados de dinero mal habido.
Con ese entusiasmo la gente se fue a dormir. Qué sorpresa se llevaron por la mañana cuando se dieron cuenta que la debacle no era tal, que otra vez los votos de las zonas serranas echaban a perder el voto razonado. Los operadores del PRI, mejor conocidos como “mapaches” no se durmieron, antes bien siguieron operando para inflar con votos comprados las urnas a favor del partido oficial. Resultó que en el distrito de Coatepec, cuando la candidata de Morena iba arriba en las cifras del PREP, repentinamente después de las 12 de la noche se detuvo su crecimiento y empezó a subir el número de votos para la candidata Nohemí Guzmán. Y así fue en otros municipios donde partidos como el PAN llevaban ventaja. Repentinamente, por la madrugada, empezaron a fluir los votos de las zonas serranas y el PRI no sólo los alcanzó sino que hasta los rebasó.
Al menos a algunos les quedó el gusto de que en Xalapa ganara un candidato nuevo y no la candidata Elizabeth Morales, quien fue, por las redes sociales, objeto de hostilidad durante toda su campaña. Pero el mayor gusto que le queda a los que votaron en contra del partido gobernante fue la derrota de la “pujitos” Carolina Gudiño, la candidata de Fidel Herrera, quien acudió a sus cierres de campaña, creyendo que con su presencia muchos todavía indecisos votarían por ella. Pero sucedió lo contrario; buena lección para que Fidel entienda que en Veracruz no se le quiere. Igual habrá de suceder con Anilú Íngram, otra de las consentidas de Fidel Herrera, quien al menos, hasta las 16:00 horas del martes 9 de junio es la virtual perdedora.
La gente del puerto de Veracruz tuvo memoria y castigó a una candidata que ante notario público se comprometió a terminar su periodo como legisladora local. En caso de que el conteo de los votos que se realizará en unas horas no le favorezca a Anilú, sólo le quedará regresar a su curul y verse obligada a cumplir su periodo como diputada local. Entonces sin querer queriendo tendrá que cumplir con su palabra.
Pero mucha gente se quedó con las ganas de darle una buena lección a Javier Duarte, el hombre que quiso ser gobernador, pero que nunca supo cómo gobernar. Ni modo, ya será para la otra.

Postdata 1: ¿De qué murieron los quemados?
Con sus declaraciones a la prensa el candidato independiente por el distrito de Xalapa urbano, Eduardo de la Torre Jaramillo nos muestra que no sólo perdió la elección, también perdió la dignidad. ¿De qué murieron los quemados?
Armando Ortiz aortiz52@nullhotmail.com