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Todos hemos sido testigos de las declaraciones que el Presidente de México Enrique Peña Nieto (EPN) ha hecho en el extranjero respecto a nuestro país. Durante su gira de trabajo por Europa, afirmó ante empresarios que la Reforma educativa está orientada a elevar la calidad de la educación, también habló de las reformas económicas y estructurales, subrayando que el proceso de modernización que atraviesa el país no ha estado exento de enfrentar resistencias, pero está determinado a concretarlas para asegurar prosperidad, bienestar y sobre todo crecimiento económico.
De igual forma el actual presidente de los Estados Unidos Mexicanos asegura que es posible combatir la pobreza en el mundo, un claro ejemplo ha sido la cruzada contra el hambre, por lo que se lanzó una versión similar, por iniciativa de México en Centroamérica, ahora se llamará Mesoamérica sin hambre, para la cual EPN canalizó 3 millones de dólares.
Mientras en Europa se habla de nuestro crecimiento, el Fondo Monetario Internacional alerta sobre como la violencia, la extorsión y el secuestro ha frenado el crecimiento económico de nuestros estados. Se habla constantemente de transparencia, pero nuestro Presidente se niega a mostrar registros de cómo adquirió sus polémicas propiedades.
La situación en México es muy semejante al Mundo Patas Arriba que describía Eduardo Galeano, en el cual las violaciones a la ley tienen premio, como los partidos, que aun recibiendo las multas más altas de la historia por irrumpir la ley repartiendo vales de descuento, resultaron ganadores de más del 52 por ciento de los territorios en disputa durante las recientes elecciones. Y dónde los que trabajan constantemente mantienen a los que violando la confianza que el pueblo les deposita se olvidan de buscar el bien común. El Instituto Nacional Electoral destinará este año 5,500 millones de pesos del financiamiento público para el sostenimiento de los partidos políticos, y si bien es cierto que se debe respetar el derecho de la libre asociación, ¿Por qué hemos de ser los ciudadanos quienes financien el enriquecimiento constante de sus representantes? Si ha quedado claro que no se necesitan millones para hacer una campaña, como el caso de Pedro Kumamoto quién logró una victoria en Jalisco, con sólo el 20 por ciento del tope de gastos de Campaña
En Utopía, Tomás Moro, sostiene un diálogo con Rafael Hitlodeo, quien le describe como son la mayoría de gobernantes, razón por la cual no se interesa en la política: “En primer lugar, la mayoría de los príncipes piensan y se ocupan más de los asuntos militares, que del buen gobierno de la paz. Lo que les importa es saber cómo adquirir -con buenas o malas artes- nuevos dominios, sin preocuparse para nada de gobernar bien los que ya tienen. Por otra parte, hay consejeros de príncipes tan doctos que no necesitan -o al menos creen no necesitar- los consejos de otra persona. Parásitos como son, aceptan a los que les dan la razón o les halagan para granjearse la voluntad de los favoritos del príncipe.”
Los príncipes anteriormente descritos no distan mucho de nuestros gobernantes actuales, que viajan constantemente con comitivas de 200 personas, en avión privado o primera clase mientras el país se hunde en una crisis económica. Al igual que muchos yo me pregunto ¿dónde está el país del que tanto se habla en el exterior? Porque es justo ese país en el que millones de mexicanos merecemos vivir.