El legislador cordobés levanta la mano y se apunta para el 2016. Dice el diputado federal que, aunque sea –no es la mejor opción reconoce él-, a la de dos años le entra, por supuesto en la eventualidad de que, finalmente, se confirme el periodo porque todavía no está muy claro si va o no va la de dos, más allá de lo que ya dijeron el gobernador y el líder del Congreso, aún hay quienes dicen que en ese tema aún no está dicha la última palabra.
Por eso en lo que son peras y manzanas, este jueves Juan Bueno Torio va a tener un día muy ajetreado. Primero tenía un desayuno con el pleno de la APEVER que dirigen Paco Licona y Billie Jean Parker Jiménez y, después, por la tarde, va a estar –Bueno Torio- con el Foro de Economistas Veracruzanos. Es obvio mencionar que el legislador federal está detrás de la postulación del Partido Acción Nacional, organización política en la que milita cuando menos desde hace unos 20 años, pero tratemos de analizar brevemente la coyuntura política a la cual se deberá enfrentar este cordobés.
Para empezar, digamos que la cruzada que se ha impuesto no está nada fácil y él tiene muy clara esta circunstancia, tendrá que enfrentar en una posible contienda interna a un rudo como lo es Miguel Ángel Yunes Linares, quien no las trae todas consigo porque en la pasada contienda electoral no le fue nada bien al soledense, muy a pesar de que los blanquiazules lograron para sus colores los dos distritos de Veracruz puerto, pero nada más, perdieron el bastión de Tantoyuca mismo que pensaban les había sido escriturado de antemano, aunque en favor de Yunes Linares habría que decir que en las pasadas elecciones federales todo el PAN veracruzano perdió.
Habría que decir que en contraste a lo decidido que se le ve hoy a Juan, en anteriores ocasiones el actual legislador ha pecado de indeciso, cauto tal vez –hasta tibio se le ha visto-, con perdón de Juan pero le ha faltado decisión. En 2004 le pudo haber disputado la nominación del PAN a la gubernatura a Gerardo Buganza e inexplicablemente se replegó dejándole el camino abierto a Gerardo. No obstante, sobradas razones tenemos para suponer que de haber querido Juan, de haberse decidido, le hubiera ganado en una contienda interna a su paisano y en una de esas hasta al mismo Fidel hubiera derrotado en la constitucional, pero no, le faltó decisión y, el hubiera… el hubiera no existe.
Hoy quiere y puede lograr la nominación si se decide y no centra su acción política en el panismo cordobés. Es más, ante la nueva dinámica electoral que nos dejaron las pasadas elecciones federales, en donde irrumpieron nuevas formas y nuevos estilos de hacer y acometer la política, Juan necesita sacudirse un poco el excesivo panismo del cual a veces peca, el PAN ya no vende como antes y los colores del partido no necesariamente son suficientes para vencer en una contienda electoral de corte estatal.
Además, ese PAN que conocimos a través de la historia y de los libros de texto que nos enseñó que el partido que fundara Manuel Gómez Morín era el partido de los conservadores, de los bien portados, de los que se oponían a los “corruptos de enfrente”, vamos, de que era el partido “de la gente bien, de los buenos católicos trabajadores y honestos”, ese partido, como lo conocemos hoy y no como lo conocimos antes, ya no lo es más. Pésimos ejemplos de muy malos y corruptos gobernantes hay en su historia reciente.
Padrés Elías en Sonora, Estrada Cagigal en Morelos, de los Santos Fraga en San Luis Potosí y Loyola Vera en Querétaro tan solo son algunos ejemplos de gobernadores impresentables, probadamente corruptos. Es cierto que esos malos ejemplos no necesariamente se tendrían que replicar en Veracruz en la eventualidad de que tengamos un gobernador panista. En lo personal soy un convencido de la honorabilidad de Juan. Aquello de que favoreció a su familia con contratos en Pemex cuando estuvo al frente de Pemex Refinación, al menos para el que esto escribe no tiene fundamentos suficientes y convincentes, en Córdoba todo mundo sabe quién es la familia Bueno Lázaro y cómo han construido su fortuna. Su padre Juan y sus tíos Emilio (+) y Fernando han trabajado toda su vida para tener lo que hoy tienen.
El legislador tiene hoy la última palabra. Para empezar se tiene que desentender de moldes, cartabones y de cargas ideológicas engorrosas, el ser panista ya no resulta suficiente. Estoy seguro que entre Juan y Miguel hay una gran distancia, tanto de trayectoria como de la forma en la que ambos conciben la política. La clave en buena medida está en que el cordobés se decida actuar con inteligencia, sensatez y decisión.
Relevos australianos.- Donald Trump, como dicen en mi tierra, “está pedo y va pa’ loco”. De vez en vez surgen en el escenario político de los Estados Unidos tipos locos y disparatados como este millonario ignorante. Ya en el pasado había surgido un tipo como el texano Ros Perot, que creía que por el solo hecho de ser un empresario exitoso eso le daba el derecho a aspirar a la presidencia de su país, en 1992 lo intentó de manera independiente infructuosamente. Hoy Trump lo va a intentar por el partido republicano pero es muy remota la posibilidad que tiene, por fortuna, de lograr la postulación de ese partido. Los gringos son impredecibles algunas veces, pero no son unos suicidas.