Apenas una semana después del domingo de los comicios federales se desataron los vientos sucesorios, tanto en lo que corresponde al gobierno federal como en las once entidades federativas en donde habrá elecciones para renovar gobierno estatal. Pareciera que a la población mexicana le aterra el presente y esa patología la propulsa a buscar alivio en el futuro, porque hacemos futurismo en casi todo, pero de manera acentuada en política.
No ha tomado posesión de su encargo delegacional y Ricardo Monreal ya está pensando en su candidatura al gobierno de la Ciudad de México en 2018; Miguel Mancera, está a la mitad de su mandato y ya habla de aspirar a la presidencia de la república; AMLO anda en campaña hace ya algunos años para 2018; el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, desde que tomó posesión del gobierno de esa entidad está apuntado para la presidencia de la república, su similar de Chiapas va por lo mismo. Otros actores políticos hacen lo propio: doña Margarita Zavala destapa sus nada ocultas intenciones para buscar una candidatura a la presidencia de la república; su compañero de partido, Ricardo Anaya, desvela su pretensión de dirigir al PAN y por lo mismo urge al presidente panista a convocar a elecciones.
En la aldea jarocha, los dos senadores priistas hace años hacen campaña futurista para alcanzar el gobierno de la entidad, y aunque nada está escrito aún, por razones de su anticipación se han convertido en factores de poder al interior de su partido, si no es uno de ellos el candidato, difícilmente transitará hacia el triunfo una candidatura que no cuente con su adhesión. Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa sin duda son factótum al interior de su partido, no que per se vayan a decidir la candidatura pero los grupos y sectores que han venido sumando a sus respectivas causas pesan cualitativamente en una organización, como el PRI, que ha venido perdiendo adeptos.
Por el lado de los otros partidos el futurismo no es menor, aunque matizado por la metodología para elegir sus respectivos candidatos; en el PAN Miguel Ángel Yunes Linares, el senador Fernando Yunes Márquez y Juan Bueno Torio han levantado la mano. Yunes Linares ya participó en 2010 y quedó a menos de 80 mil votos de la victoria; Fernando Yunes, en 2012 estuvo a punto de arrebatarle el triunfo a la segunda posición priista; Juan Bueno Torio es llanero solitario pero tiene trayectoria en el servicio público y no le cuesta trabajo convencer a quien lo escucha. En el PRD andan tan desangelados que no parecen competitivos, mucho menos con una dirigencia estatal carente de crédito político. Movimiento Ciudadano pudiera convertirse coyunturalmente en partido gozne, sino se le ocurre a Dante Delgado volver a ser candidato. La incógnita es MORENA, que si bien dio la sorpresa en Xalapa y en Coatzacoalcos, la arena electoral para el gobierno del estado es de otras dimensiones ¿MORENA- Movimiento Ciudadano? ¿PRI-Verde-Panal-AVE?
Ya es sabido que el PRI establece estrategias efectivas y eficientes para ganar: desalienta candidaturas competitivas de la oposición, crea postulaciones que sirven de elementos de distracción, improvisa candidaturas “independientes” para distraer y confundir al electorado, y es obvio que en esta ocasión no será diferente; “coopta” dirigencias de partidos de oposición y otras siglas afines hacen lo suyo, en lo que se asemeja a una feria de las prerrogativas o del alquiler de las siglas; en ese esquema ¿bajo qué lógica participarán AVE, el PANAL, el PES, el Verde?
Es obvio que las estrategias se diseñan e implementan para ganar una elección, como sucedió en Córdoba en donde, según comenta Juan Bueno Torio, fuerzas agresivas desalentaron la participación de dos extraordinarias pre candidatas panistas, pero tras las amenazas y fuertes advertencias “desalentadoras” renunciaron a participar, “no esperábamos que Duarte fuera hacer esa chicana”. Esto nos recuerda el caso de aquel General Lorencez que comandaba al “imparable” ejército francés cuando sufrió la estrepitosa derrota del 5 de mayo de 1862 en Puebla, que para justificarse se quejaba que le habían comentado que Puebla era antijuarista y por ello los recibiría con los brazos abiertos, pero fue todo lo contrario y su falta de aplicación y labor de inteligencia lo llevaron al fracaso, ¿cómo no anticipar las maniobras priistas?
Por su parte, es lógico suponer que el gobernador intervendrá en el proceso selectivo pues, si bien no es de los ejecutivos estatales “fuertes”, el balance electoral que presenta en esta elección federal es bueno, mejor de lo que se esperaba ya que superó expectativas pesimistas. Sin pretender visos adivinatorios es previsible que manejará “sus” cartas, Erick Lagos una de ellas, pues cumplió con la encomienda de obtener una abultada votación, más que aceptable en un promedio en que el porcentaje que otorga la “representatividad” no alcanzó elevados rangos. Otras cartas para “jugar” serán Tomás Ruiz y Gerardo Buganza, en lo accesorio maquinarán con Renato Tronco el efecto disruptivo y se lanzarán candidatos “independientes”. Afortunadamente, Ricardo Ahued rechazó la intriga que lo propuso como candidato independiente, porque bien sabe que no está en los propósitos sucesorios y su participación atraería para sí los votos favorables al PRI.
Dentro del método especulativo, tal sería el panorama, aunque en política los acontecimientos escriben una historia cada día y esta se va acondicionando con el trajín de los actores en la arena política. Cuando por años hemos estado observando el intenso proselitismo de los senadores Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla en automático suponemos que alguno de los dos será el candidato del PRI en 2016, pero, ¿y si no?…….
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Junio-20- 2015.