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Las personas son el reflejo de su entorno, de lo que hacen y viven, por ello dicen que si quieres verdaderamente conocer un lugar le preguntes a un taxista, hace poco hablaba con un señor de más de 60 años que sale todas los días a las 7 de la mañana de su casa y vuelve hasta pasadas las 8 de la noche.
Ramiro es un taxista, sumamente servicial con todos sus clientes pues procura dar lo mejor de sí en su trabajo. En el trayecto comenta que no siempre ha ejercido este oficio, él tiene una carrera, estudió mecánica industrial, profesión a la que se consagró todo el tiempo posible, hasta que debido a la edad nadie quería darle trabajo. Sin embargo, también tiene una familia, por ello no dudó en dedicarse a manejar con tal de poder alimentarla y seguir teniendo un salario.
Hombres como Ramiro hay millones. En su base, la mayoría de choferes tiene una profesión, pero, la situación laboral del país los orilló a trabajar de taxistas, algunos lo hacen medio tiempo, otros cubren turno completo y lo peor es que ésta situación crece no sólo por la edad, la falta de oportunidades laborales es algo que sufren chicos y grandes.
Otro gran problema es el empleo informal, pues de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía 6 de cada 10 personas labora sin ningún tipo de seguridad social o contrato, lo que hace que no tengan garantía de derechos laborales y llegado el momento sus empleadores puedan despedirlos sin liquidación alguna, o peor aún que puedan sufrir un accidente y ni siquiera tener el dinero necesario para gastos médicos.
Y por si la falta de trabajo, de garantías laborales y de salarios dignos no fuese suficiente, actualmente los productos de la canasta básica se han incrementado hasta en un 40%, pues con la decisión del gobierno federal de cobrar el impuesto al valor agregado (IVA) al consumo de alimentos que son vendidos en tiendas de conveniencia los más afectados son las familias de escasos recursos.
En México cada vez más trabajadores ganan menos, al cierre del año pasado, 6.7 millones de personas declararon tener ingresos de hasta un salario mínimo (2 mil 103 pesos al mes), alimentar a una familia entera con ese salario explica porque también son tantos los niños y jóvenes que desertan en la escuela.
Han pasado casi tres años de que se aprobó la reforma laboral, y los resultados que se le adjudicaban a la misma siguen sin aparecer, muchos dirán que empleo hay, ¿pero realmente son suficientes para los jóvenes que egresan de universidades?, ¿para las madres solteras o los hombres como Ramiro que alimentan a toda una familia? Francamente lo dudo y me apena decir que la situación seguirá siendo la misma, por lo menos durante los próximos años.