«Focos rojos se prendieron en los tableros de los analistas financieros ante un posible repunte inflacionario en México. Por un lado ya se empezó a registrar malestar por el gravamen que se aplicará a partir de julio a los alimentos procesados que se venden tiendas de conveniencia, o que es lo mismo el sándwich del «Oxxo», alimento diario de tantos oficinistas. Por otro lado, el alza en las medicinas tiene que ver con la carrera ascendente del dólar. Los laboratorios habían prometido aguantar el trancazo, pero ya comenzaron a reetiquetar los fármacos entre 3 y 5 por ciento. Así que si en estos días ven a Agustín Carstens con ojeras, como por falta de sueño, ya saben a qué se debe». Lo comentan en «Templo Mayor» de Reforma.