Por Ramón Durón Ruiz

«No dejes que el éxito se te suba a la cabeza… ni el fracaso se instale en tu corazón” has de tu vida una alabanza al amor, a la gratitud y a la alegría.
Recuerda que la vida es un profundo misterio, aprende a valorarla, a saborearla y disfrutarla; deja ya de sobrevivir, DATE PERMISO DE vivir, no intentes cambiar al universo, cambiar tú, mirando la vida desde la perspectiva del amor.
Cada mañana sorpréndete con la luz del nuevo amanecer, disponte a disfrutar las cosas simples, son las que hacen que tu día sea espectacular; harás de tu existencia una auténtica fiesta, reconocerás tu transitoriedad por ésta carnalidad y le encontrarás el sentido a la vida.
La vida es una aventura personal, que sólo tú puedes vivir, está hecha no para sufrirla, sino para gozarla a cada paso del camino; ¿problemas, quién no los tiene?, lo importante es que recuerdes que no llegaste a éste mundo para aislarte, sino para ser una fuente inagotable de luz y bienestar.
Cada quien viene con una misión a éste mundo, el secreto está en que tengas la virtud de descubrirla, hacerla tuya y enriquecerla. Cuando seas capaz de encontrarte contigo mismo, con tu Divinidad Interior, y ver el potencial que tiene tu voluntad, cuerpo y espíritu cuando viven en unidad indisoluble, se devela ante ti el inconmensurable misterio de la vida.
“Si la gente de la calle nos parece hostil, el cambiar de calle no resuelve nada. Si no se nos respeta debidamente en el trabajo, el cambiar de empleo tampoco es solución. Muchos lo hemos aprendido al revés: Si no te gusta tu empleo, búscate otro, –nos han dicho–, Si no te gusta tu mujer, cámbiala. A veces cambiar de empleo o cambiar de pareja es lo más oportuno. Pero si no cambiamos nosotros, cuando volvamos a empezar probablemente será lo mismo.”1
En la vida es necesario que aprendas a mirar la familia, el trabajo, la salud, tu camino, desde la perspectiva del amor, enriqueciendo tus sentidos corporales y de vida, al grado de que esos pequeños rayos de luz que HOY pasan desapercibidos por ser cotidianos, como por arte de magia se vuelvan en un caleidoscopio maravilloso, que ilumine tu espíritu de vida. “Quien quiera ver y gozar de la luz en su camino… debe tener un sol que brille dentro de él”.
La vida es la aventura más maravillosa para llenar nuestra barca de sueños, para hacer de cada momento algo fuera de lo común, entender que el fracaso jamás llegará si nuestra determinación es lo suficientemente fuerte.
Si amas la vida, –en la Ley del péndulo, que te recuerda que lo que das regresa– la vida también te amará, el amor es el mejor camino hacia tu interior y no es otra cosa que la constante sorpresa de saber que existes para ser feliz, por eso cada mañana celebra la existencia; amar es la mejor forma de descubrir el sentido de la vida, encara los problemas con fe en sí mismo, porque buena o mala ésta vida… es la única que tienes.
Las peores penas de la vida no están en la desdicha, sino en los miedos, en los temores, por eso HOY dale a tu vida una razón para vivir, para restaurar heridas, para sentir la majestuosidad de la plenitud del amor.
Inicia e nuevo día como si fuese el primero de tu vida, porque puede ser el último; un día bien empleado trae paz al alma y un sueño reparador y una vida bien utilizada, conlleva una muerte tranquila.
A veces la vida nos presenta argumentos y razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír; la vida es un breve espacio en el que no debe haber tiempo en tu alma para odios, mezquindades ni rencores; que siempre de tu rostro brote una sonrisa, que demuestre que hay un alma en plenitud que agradece el milagro de la vida.
Apropósito, una mujer recorrían las márgenes del Río Corona, cuando se encuentra una vieja lámpara entre las raíces de un árbol; inmediatamente la levanta, y tomándola entre sus manos, la limpia; cuál no sería su sorpresa que de la misma, apareció un genio.
–– He tenido la suerte de que me liberes de la prisión eterna, en correspondencia te concederé un deseo.
— ¿Ves ese gato? –dice la mujer–, es la única compañía que tengo, pero me gustaría tener un hombre, alto, guapo, gallardo, apuesto y muy fuerte a mi lado.
El genio, acepta y ¡puf!, en fracción de segundos, le concede su deseo, el gato se convierte en un hombre bien parecido, alto, gallardo, fornido, con los músculos abdominales bien marcados, un roble completo.
La mujer, al verlo, salta a su regazo y principia a cubrirlo de besos, a la vez que le pregunta:
— ¿Tienes algo que decir antes de que hagamos el amor?
— Sí, –responde el hombre– apuesto a que desearías no haberme castrado la semana pasada.
1 http://elpais.com/elpais/2014/03/14/eps/1394818508_562244.html
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