AL MARGEN de lo que pudieran generar las reformas estructurales del Gobierno federal, en el campo, lo que se requiere, es sin duda alguna, los recursos económicos suficientes para producir.

No se niega, que las adecuaciones legales tengan que producirse para poder encarar este enorme problema, pero lo que finalmente tiene que ser, es invertir en el campo grandes cantidades de recursos.

El problema del campo se ha acumulado a través de los años, porque desde los tiempos postrevolucionarios, cuando se hablaba del cumplimiento de promesas a los campesinos, se comenzó a generar un rezago en este sentido, es decir, que los gobiernos que surgieron con las bases revolucionarias, dejaron de cumplir con estos acuerdos entre los grandes dirigentes revolucionarios y los hombres del campo.

Es cierto, que se comenzó a repartir la tierra entre quienes se consideraban importantes protagonistas de la lucha armada, porque uno de los principios fundamentales de la revolución, era la recuperación de la tierra para entregársela a los campesinos, bajo el lema de que la tierra es de quien la trabaja, y no precisamente de quien, solamente la acumulaba como símbolo de la riqueza personal.

Sin embargo, la sola entrega de la tierra, no solucionaba el problema del campo y menos de quienes la trabajaban, porque se requería de recursos para poder hacerla producir. De ahí que el Gobierno, comenzó a olvidarse de este tema, al grado de que en la actualidad, la mayoría de jóvenes campesinos, tienen que emigrar a los Estados Unidos, para trabajar la tierra de aquél país y no del suyo, pues aquí no han tenido el apoyo suficiente para generar la subsistencia familiar y la propia riqueza del país.

Las administraciones federales se habían conformado, desde la recuperación del petróleo, como bien nacional, a vivir de estos ingresos, dando paso, casi de inmediato, a una economía, prácticamente petrolizada.

Eso dio lugar a que menos se cuidara el campo y menos se invirtiera en él, pues el petróleo era suficiente para mantener al país, sin la necesidad del producto del campo y del mar.

Así, los hombres del campo se fueron empobreciendo, de tal manera, que ahora, la mayor pobreza, la extrema, se encuentra en algunas zonas olvidadas y marginadas, tanto económicamente como en materia de educación y salud, a las cuales, también, sin duda, tienen derecho quienes viven y se alimentan de la tierra.

Por eso, ahora, es más difícil y complicada la solución del problema del campo, porque el rezago en esta materia en enorme y se necesitaría de por lo menos tres sexenios federales, sin invertir en otras obras, para recuperar la producción y el apoyo económico ante los bajos precios del petróleo.

Y no estaría mal que ahora se tuviera que comenzar, porque tarde o temprano, otras alternativas de ingresos económicos, serán necesarias ante el difícil panorama que se presenta con la comercialización del petróleo y las bajas reservas que se tienen, pues aunque se diga lo contrario, la extracción del crudo es cada día más complicada, por la falta de técnica y dinero. Así nomás.

La resurrección de la clase campesina, tendrá que darse con la bendición del propio gobierno federal, el estatal y el municipal, pues, en todos los casos, son las instancias de gobierno, las más comprometidas con el campo y los campesinos.

Y MIREN LO QUE SON las cosas, en los últimos tiempos, sin apoyos y ni siquiera un poco de comprensión, al sector campesino, se le fue limitando a ser, solamente, un mero botín político.

Hasta la fecha, la clase política, solo se ha ocupado de los hombres del campo, para pedirles el voto en tiempos de elecciones. Después, nadie se asoma por los campos y los pueblos, pues la meta política se ha cumplido.

Sin embargo, el despertar comienza. Los mismos políticos que han ido a buscar el voto popular se están dando cuenta. Ya nadie vota presionado. Lo hace bajo su propia voluntad, lo que le permite hacer su voto efectivo, es decir, elegir a quien mejor le parece. Por eso, se están dando resultados inequívocos del hartazgo, de ser, solamente utilizados para llenar los requisitos electorales que les permitirán llegar a un escaño, a una mediana representación.

Los campesinos de México, ya no se dejan engañar. Votan libremente, aunque su voto, todavía, sea manipulado en las urnas. Eso es otra cuestión, pero ya no son el llamado voto verde, ni amarillo o naranja, menos azul. Son, prácticamente, los votos de la inconformidad, que por cierto, no tiene color.

Y EL PROBLEMA DE LA LIGA de comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado, ahí esta. Solo goza de una pausa política.

Secuestrada por los intereses personales de unos cuantos, la sede de los campesinos veracruzanos, se ha vuelto, con el tiempo, en un mero elefante blanco.

Ya no hay una verdadera representación. Hay, más que otra cosa, violaciones a sus estatutos, a sus principios agraristas, al trabajo de tantos hombres que dieron su vida por consolidar una institución al servicio y defensa de los campesinos de Veracruz. Al símbolo nacional cenecista, creado por Ursulo Galván Reyes, y tantos próceres del agrarismo en México. En fin, a la casa donde llegaban los campesinos de toda la entidad, no tan solo para guarecerse del mal tiempo, sino también para buscar solución a sus diversos problemas.

La Liga, antes agresiva, ahora fenece.

SI OTRA COSA NO sucede, allá por el mes de enero, del próximo año, se estará definiendo la candidatura para la sucesión gubernamental en Veracruz, cuando menos para el Partido Revolucionario Institucional.

Por ahora, se sabe, que el asunto esta en manos de quien tiene o debe decidir. Conoce ya el panorama político que existe. Sabe bien quiénes son los principales protagonistas políticos que están a la cabeza en esta aspiración.

Nada, al parecer, modificará lo que ahora se tiene, salvo lo que manden las circunstancias políticas, pues éstas son las que definen, a través de quien manda en el país, lo que se tenga que hacer.

De ahí que solo será cuestión de tiempo, pues no ha faltado quien mantenga la creencia de que en este momento todo esta resuelto. Que solo se sigue el juego político, pero que será difícil que vengan cambios.

Lo anterior, independientemente, de lo que pueda suceder en breve con la dirigencia nacional de este partido.

Y MAÑANA, AQUÍ nos encontraremos, si otra cosa no sucede, recordando que esta columna, se publica en éste y otros veinte medios más de comunicación, donde podrá leerla.

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