Quizá por el concepto que tenemos de la vida o por lo que Usted quiera y mande nos resulta desagradable o por lo menos triste pensar y hablar de nuestra muerte; empero, es inevitable hacerlo, generalmente ante el fallecimiento de algún familiar, amigo o conocido. Parece que el temor mayor no es a la muerte sino a la forma y las condiciones en que esta ocurra. Tómese en cuenta que casi siempre los finales son dolorosos si no desesperantes.
¿Nos hemos puesto a pensar que la muerte natural, por vejez, serena, tranquila, sin pendientes, sin remordimientos, sin estados de coma o prolongados padecimientos, es privilegio de una minoría? ¿Sabe Usted que los finales de vida dolorosos son hoy en día una marcada tendencia en crecimiento junto con la cual llega la desaparición del patrimonio familiar construido con mucho esfuerzo? Un patrimonio que casi siempre resulta insuficiente para sufragar costosos tratamientos terminales; una dura realidad nos espera a todos que convierte la muerte por infarto o la instantánea por accidente, en otro privilegio. Quien no muera así, lo más probable es que tenga que hipotecar su casa o venderla. Si es por secuestro lo saben los que lo han padecido. Si por violencia delincuencial, ellos saben que ronda a la par de sus vidas. Según la vida es la muerte. En una ocasión leí en la recepción de la clínica veterinaria que tenía mi hermana en EU (QPD) «en la atención urgente de sus mascotas, es extraño el comportamiento de los humanos: hay personas dispuestas a pagar una fortuna para salvar la vida de su mascota pero casi siempre mezquinas para los tratamientos preventivos a pesar de que son mil veces más económicos. ¿Acaso no es esto mismo lo que hacemos los humanos con nuestras vidas?
Hoy el Sistema Nacional de Salud, después de varias décadas de camino equivocado, por primera vez – parece que de verdad- intensifica campañas y acciones preventivas de enfermedades y otras de promoción de la salud. ¿Por qué creen que se lleva a cabo este intento de cambio en la política nacional de salud? Por la sencilla razón de que gracias a la medicina curativa y la sobre medicación, el sistema de salud y la población juntas o por separado vamos hacia el colapso financiero. La transición demográfica y la epidemiológica son la amenaza. Somos una sociedad cada vez de población adulta mayor por el aumento de la esperanza de vida pero con menos calidad de vida, o sea con padecimiento de enfermedades cardiovasculares y crónico degenerativas. ¿Tiene sentido vivir más años aunque sea con calidad de vida? Desde hace unos años lo advirtieron destacados médicos en México pero nadie les hizo caso.
IMSS, SSA, ISSSTE:
En 2010 se hizo oficial este pronóstico y han transcurrido 5 años. Existe la posibilidad de que el sistema nacional de salud pudiera colapsarse, ante el incremento exponencial de los costos que conlleva la atención del sobrepeso, la obesidad y de enfermedades graves que les están asociadas, como la diabetes mellitus tipo 2 o cáncer de mama y de colon, entre muchas otras. “En México la obesidad genera un gasto al sector salud por las enfermedades que conlleva de más de 42 mil millones de pesos, y otros 27 mil millones por gastos indirectos debido a incapacidades como consecuencia de las complicaciones. En siete años más, el gasto por obesidad ascenderá a 140 mil millones de pesos, que equivale a todo el presupuesto de las Secretarías de Salud federal y estatales” José Ángel Villalobos, Secretario de Salud. Foro Regional de Salud Alimentaria, 24/III/10
O SEA NOS ESTAMOS MATANDO Y NO HAY NI HABRÁ SUFICIENTE DINERO PARA FINANCIAR EL TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES TERMINALES CAUSADAS POR UN MODO DE VIDA.
Fortalecimiento de la atención primaria, seguridad del paciente, fortalecimiento de la prevención, promoción de estilos de vida saludables, empoderamiento y corresponsabilidad con su salud. Calidad de la atención, inclusión, transparencia, rendición de cuentas, medición de resultados, transversalidad, congruencia plan-programa-presupuesto, evaluación de desempeño, priorización en el uso de recursos, tanto en la SSA como en el ISSSTE, cercano y seguro, ISSSTE eficaz, aval ciudadano, son algunas de las categorías que resumen el enfoque renovador del Programa Institucional 2014-2018 del ISSSTE.
Tal parece que el Sector Salud institucional tiene ya definidas las bases que pretenden prepararlo para la universalización de la salud previa la integración de los subsistemas. Habrá que verlo para creerlo no vaya a ser que la saturación acentúe deterioro de equipo e ineficiencia y sean los propios derechohabientes, cansados de la burocracia, quienes demanden la privatización.
Las preguntas obligadas son: ¿aun es tiempo o ya de plano llegamos tarde? ¿Están preparados los trabajadores del IMSS Y DEL ISSSTE para el cambio de orientación hacia la calidad y la prevención? ¿Sabrá bien cada médico o enfermera lo que significa absoluto respeto a los Derechos Humanos de los derechohabientes como lo pretende el Convenio recién firmado por el Delegado de Veracruz Renato Alarcón Guevara y el Ombudsman Estatal, Luis Fernando Perera Escamilla? Y la pregunta mayor: ¿Qué posibilidades de éxito puede tener esta reorientación con una población acostumbrada a la medicación y modos de vida poco o nada saludables? La muerte ronda en un final caro, penoso y doloroso. El error está en el modo de vida, insustentable, basado en el tener, en el consumismo en gastar a lo loco lo que no se ha ganado (compras a 24 meses) en seudoplacer, seudoconfort, seudocomida, (chatarra) seudoatractivo sexual, (lencería compensatoria) seudosalud (suplementos, aparatos, productos milagro) seudocultura (videoentretenimiento) y toda clase de alimentos del ego, de la urbanización insustentable e inhumana, industrias contaminantes, transporte individual, destrucción de ecosistemas, destino irresponsable de los deshechos. Etc.etc
En cuanto a las instituciones del estado (y las del sector salud no son la excepción), aparte de corrupción – en todas sus formas- están enfermas porque los servidores que las operan, ensimismados en sus intereses, se han deshumanizado y divorciado o distanciado de la realidad, de su razón de ser y también porque su población objetivo lo ha consentido.
En cuanto a los modos de vida destructivos de la salud, en parte son resultado del sistema económico que legaliza alimentos y medicamentos milagro, y que genera pobreza e inequidad para unos y consumismo irracional en otros pero en todos genera pasividad, complicidad y consentimiento de la sociedad. ¡Ojalá y supiéramos lo que es boicotear el consumo de un producto contaminante o toxico!
Cambiar todo esto no es tarea de quijotes ni de salvadores. Es de todos y cada uno en la parte que nos toca. De adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro de las instituciones. Con determinación y riesgos calculados. 40 años de servidor público me enseñaron que los intentos torpes de cambio fortalecen virus y resistencias y los intentos torpes de protesta e inconformidad de los derechohabientes, frustración y más apatía. Insisto, el ISSSTE, IMSS, SSA, están enfermos. Vale más que luchemos por sanarlos. Por ahora somos 12 millones de mexicanos afiliados en el caso del ISSSTE, y tendremos que vernos la cara con los servicios de esta institución en el final de nuestra vida. El camino es largo y difícil. Vale más que empecemos ya. Nada cambia más lento el hombre que sus hábitos y costumbres. Lo he planteado en todos mis artículos sobre el tema; la salud es responsabilidad de todos y de cada uno y las convocatorias como la transparencia de las respuestas deben especificar tareas con nombre y apellido.