Para empezar Gerardo Buganza nunca ha ganado una elección. Todos sus puesto políticos le han caído del cielo porque, eso sí, sabe negociar en la derrota para su propio beneficio. Sin embargo se vende como si se tratara de un mesías político que va clamando por el desierto “arrepiéntanse porque el Reino de los Cielos está cerca”. Ahora dice que ni el PAN ni el PRI lo dejaron ser gobernador, como si de los partidos políticos y no de los ciudadanos, dependiera ser gobernador.
Fue síndico en el ayuntamiento de Córdoba, pero no compitió electoralmente; fue diputado federal en la LVII Legislatura, pero de representación proporcional; también fue senador por el PAN en 2000, pero no se ganó el puesto en las urnas; quiso ser gobernador de Veracruz pero se enfrentó a Fidel Herrera y Fidel fue más tramposo y más astuto que él, por eso no consiguió evitar que el huracán de la Fidelidad arrasara Veracruz.
Finalmente vendió su alma a Fidel, con tal de evitar que Miguel Ángel Yunes fuera gobernador y de recompensa le dieron la Secretaría de Gobierno al inicio del régimen duartista, desde donde operó, colocó e hizo negocios con muchos de sus allegados.
Temerario afirma que no hay nada que reprocharle, pero todavía se escucha en los cafés de los vinos Vega Sicilia que sus allegados distribuían a todas las dependencias de gobierno. Según el periódico El Economista, en 2010 César Nava, presidente del PAN, reveló grabaciones en las que “se describe una operación de compra de 100 camionetas a Betty Torio, esposa del ex panista Gerardo Buganza, las cuales serían utilizadas para patrullas y compradas en Córdoba”. En la grabación se escucha la voz de Fidel diciendo: “Órale, 40 pues, y se las vamos a comprar a doña Betty Torio, ya las tienen reservadas ahí en Córdoba, yo les mandé ahí el presupuesto, pero le voy a pedir un enlace para que venga alguien a verlos”.
La periodista Claudia Guerrero, en su columna “Entre lo utópico y lo verdadero” del 27 de abril de 2014, nos habla de las “virtudes” de este aspirante independiente: “Y no olvidemos la arrogancia de este servidor público en la SIOP, al nombrar a su esposa como proveedora estrella del Gobierno Estatal y era ella quien facturaba de todo, con buenos dividendos… Por su parte, su hijo fue compensado con una plaza de tiempo completo en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Veracruzana, cuando es egresado del Tecnológico de Monterrey…Y así, la larga lista de familiares incrustados en el Gobierno Estatal es interminable…”.
Gerardo Buganza dice que no es priista, pero en 2011, según nota del periódico Imagen de Veracruz, acudió a pagar sus cuotas al Partido Revolucionario Institucional, que “por gratitud”. Sin embargo ahora repudia a ese partido, que porque no lo dejan ser gobernador, otra vez, como si del PRI dependiera.
En un video subido a las redes, Buganza se va con todo en contra de Miguel Ángel Yunes y con ello nos da una pista para entender que papel piensa jugar en este tablero de ajedrez de la elección del 2016. Buganza será un mero distractor, los hilos de este títere maromero los moverán desde Palacio de Gobierno; Buganza será el equivalente solitario y refinado de los 400 pueblos.
Gerardo Buganza en realidad no piensa competir, no tiene con qué. No es bronco aunque lo presuma, es más persignado que la madre Teresa de Calcuta; ahora vemos que también es malagradecido, porque en estos años mamando del presupuesto se ha hecho de una buena fortuna. Pero quiere más y por eso, como títere maromero, se dejará usar para distraer, para restar votos a la oposición, para sentirse útil, siendo que en los puestos en los que ha estado sus empelados nos han dicho que siempre fue un inútil.

Armando Ortiz aortiz52@nullhotmail.com