Una de las preguntas que nos hacemos a partir de la segunda fuga del El Chapo de una prisión de máxima seguridad es: ¿Por qué se pudo fugar? La respuesta todos la conocemos. Lo pudo hacer debido al grave problema que vive el gobierno de nuestro país, que es la corrupción.
Lamentablemente partidos políticos van y vienen dentro de la casa presidencial de Los Pinos y los mexicanos nos hemos percatado que este cáncer social hasta el momento siempre ha estado presente.
Pues durante los setenta años que el Partido Revolucionario Institucional estuvo en el poder, como los apenas doce que el Partido Acción Nacional también lo logró, ninguno de los institutos políticos quedó exento de que sus correligionarios de todos los niveles, no hayan cometido actos de corrupción.
Ejemplos al respecto sobran, pero para solamente hacer notar desde que niveles de las administraciones federales de estos dos partidos políticos se dieron hechos de esta índole bástenos citar la conducta de los hijastros del ex presidente Vicente Fox Quesada, así como también en la actual administración, la relación que tiene el Presidente Peña Nieto con el propietario del Grupo Higa, que parece se está convirtiendo en el principal constructor del México moderno.
Así pues, si desde estos niveles de las administraciones gubernamentales federales de nuestro país, no solamente se presentan, sino también se consienten y cultivan este tipo de prácticas, que podemos esperar los mexicanos en los demás niveles de los gobiernos estatales y municipales; solamente que haya corrupción.
¿Por qué? Por el segundo problema que tenemos que soportar todos los mexicanos a diario en este país, que es uno de los resultados que propicia la corrupción, la impunidad. El ejemplo es sencillo de dar: cuantos presidentes de esta país han ido a la cárcel.
La respuesta usted estimado lector la conoce y seguramente con mucho coraje la asimila, más no la acepta y obviamente no está de acuerdo con sus resultados. Pero lamentablemente se ha convertido en una práctica cotidiana en nuestro país, principalmente en el ámbito de la política, razón por la cual, gran parte de los integrantes de este desprestigiado sector de la sociedad, no deja de realizar acciones corruptas que los benefician, sin importarles a quien lesionen o que pueda pasar, porque generalmente no pasa nada.
Por lo anterior podemos deducir que los niveles a los que haya recurrido Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, para poder organizar su fuga del penal número uno de seguridad, debieron ser desde los niveles altos hasta algunos de los custodios que lo cuidaban, porque el poder efectuar una obra de ingeniería como la que se llevó a cabo en el túnel por el que supuestamente salió, requiere de maquinaria y un buen número de operadores y trabajadores, los que en un predio como el que está en la casa en donde terminaba el túnel, sería muy difícil que pasará desapercibido.
Así pues, ni los soldados que están a un kilómetro aproximadamente de la casa, ni los vecinos, ni los diferentes equipos de seguridad que tiene el penal, detectaron la construcción, la cual hasta donde se tiene conocimiento duró aproximadamente un año.
Quedando aún por contestar las siguientes preguntas ¿Quién es el dueño de la citada casa? ¿Por qué se permitió la construcción tan cerca de un penal de máxima seguridad? Si la construcción del túnel duró un año, y lógicamente hubo movimiento en la propiedad, porque nadie supervisó que estaba pasado ahí. Seguramente a “El Chapo” le costó una muy buena lana organizar su fuga. Ahora hay que esperar a conocer a quien o quienes escogen como culpables. Hasta le viernes. noti-sigloxxi@nullhotmail.com (Fech. Púb. Miér. 15-julio-15)