El cuidado de nuestras familias inicia en casa, pero los gobiernos deben propiciar las condiciones para que, saliendo del hogar, ningún miembro de este núcleo social esté en riesgo. Las recientes reformas a la Ley de Salud y al Código Penal del estado fijan un horario para la venta de bebidas embriagantes.

La medida provocó diversas reacciones en contra, pero ninguna contrapropuesta que nos garantizara a madres y padres una mejor opción. Por el contrario, lo que más se leyó y escuchó fueron formas y modos de violentar las nuevas disposiciones: así somos los mexicanos, era la justificante.

Es posible que nos guste burlar la ley o simular que la cumplimos. Ha sido una constante social de nuestro país, pero eso no quiere decir que sea lo correcto.

En lugar de ver los beneficios, buscamos cómo evadir nuestras responsabilidades. Lo menos, dicen que se fomentará el candestinaje de venta de alcohol. ¿Acaso somos incapaces de dominar nuestras pasiones? ¿Y la razón, para qué nos sirve?

Aprobada con 44 votos a favor, esta reforma establece que quien expenda bebidas alcohólicas deberá cerciorarse de que el comprador acredite mayoría de edad mediante identificación oficial. En caso de incumplimiento, el dueño se hará acreedor a una multa de 100 a 200 veces el salario mínimo vigente en la demarcación.

Relevante es el siguiente párrafo del comunicado oficial: “A quien procure, provea, induzca u obligue a un menor de 18 años a consumir bebidas embriagantes o nocivas para la salud se le impondrán de 6 a 12 años de prisión y multa de hasta 600 días de salario mínimo”.

Sin duda, las reformas van más allá de los giros comerciales y se busca proteger la salud de nuestra niñez y juventud. Algunos tendrán que cambiar sus costumbres y hábitos. Ese será el verdadero conflicto: el cambio de actitud.

Por supuesto que los festejos privados están exentos de este tipo de legislación, porque nadie puede ser molestado en su intimidad.

Hace cuatro años, diversas dependencias de salud del Gobierno Federal llevaron a cabo la Encuesta nacional de Adicciones, y en lo relativo del tema que hoy nos ocupa se establecen las tendencias entre la población adolescente, de 12 a 17 años, que:

“En la población adolescente se encontró que el consumo de alcohol aumentó significativamente en las tres prevalencias. De tal manera que el consumo alguna vez pasó de 35.6 a 42.9 por ciento; en el último año, de 25.7 a 30 por ciento, y en el último mes, de 7.1 a 14.5 por ciento. Esta misma tendencia se observó en los hombres y en las mujeres, especialmente en el consumo del último mes, ya que se incrementó en el caso de ellos de 11.5 a 17.4 por ciento, y en ellas, de 2.7 a 11.6 por ciento (Encuesta Nacional de Adicciones 2011, pág. 24).

De los encuestados, 56 por ciento de los varones dijo haber consumido alcohol antes de los 17 años, mientras que el caso de las mujeres fue del 38.9 por ciento.

Por hoy es todo. Le deseo un excelente fin de semana y nos leemos en la próxima entrega.