Escritor veracruzano, que pasó por diversas facetas ideológicas a lo largo de su vida, sin el menoscabo de calidad literaria, desde muy temprana edad se ve envuelto en la turbulencia de la revolución mexicana, nacido en la ciudad de Coatzacoalcos, sufre a temprana edad la parálisis de una parte de su cuerpo, problema que lo acompañaría a lo largo de su vida al igual que la marginalidad de la que fue objeto por vivir profundamente los vertiginosos cambios de la primera mitad del siglo XX.

Nacido en el 9 de julio de 1905 le toca en sus primeros años de vida el proceso de la revolución mexicana, desde muy joven se traslada a la ciudad de México encontrándose en la capital del país sufre a los 13 años un problema de salud y la hemiplegia se hace presente en el, acompañándolo a lo largo de su vida, continua sus estudios y culmina la carrera de Derecho. Es un hombre comprometido con los ideales, las doctrinas y las propuestas ideológicas no se hacen esperar, como muchos de los jóvenes de su época la inconformidad lo lleva a militar en las filas del vasconcelismo. Externa sus ideas por medio de la critica mordaz al sistema realizandolo desde las trincheras del periodismo en donde adquiere prestigio. Decepcionado por el fracaso del proyecto toma otros derroteros ingresando al partido comunista en 1930, ocupa puestos destacados en su militancia entre ellos el de jefe de la célula de San Idelfonso, y funda junto con David Alfaro Siqueiros la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios. Finalmente la militancia lo decepciona nuevamente y abandona el partido decidiendo en ese momento escribir una novela de corte anticomunista Clariatide, Jorge Cuesta le publica algunos fragmentos en la revista Examen.
Uno de los estudiosos de su obra Michael Domínguez comenta acerca del autor: “Rubén se vanagloriaba de su cuerpo de suástica y con esa actitud decidió merodear por la literatura mexicana como un lobo solitario, desdeñoso de las sobras del banquete y dispuesto a contagiar la rabia”.
Se inclina por la doctrina del fascismo, es sin lugar a dudas la obra Clariatide que detona una persecución por las plumas de los críticos que la condenaron principalmente en los periódicos y revistas como El machete, pero su pensamiento no terminaría en esa faceta todavía abría tiempo para abrazar el anarquismo en 1944, pero ya no se puede desprender del estigma y su pasado lo condena a pesar de haber sido un hombre que se debió a su momento histórico y esto se ve reflejado cuando rechazan sus textos tachando lo como un reaccionario como se lo expuso la revista El hijo prodigo en su momento, la marginalidad en la que cayo su obra era manifiesta solo Costa Amic le publicó, y todo el rechazo a su obra se debió a razones de índole político no por la calidad de su obra.

Al respecto Javier Sicilia al hacer una selección de autor en el 2008 en la Dirección de literatura de la UNAM, mencionaba: “…ser de izquierda era una virtud; aceptaba, como un dogma, que quienes habían sido fascistas, aunque el arrepentimiento los hubiese hecho avergonzarse, eran incapaces de escribir con altura”

Ruben Salazar Mallén fue un hombre contradictorio como es contradictorio el universo, el país, los sitemas políticos que se ocultan tras el decorado de la historia, como lo menciona Javier Sicilia la obra de este autor veracruzano y por sus propias palabras dijo: Si me lo preguntaran, yo diría que las novelas que he publicado pueden clasificarse en dos grupos. En uno de ellos, cabrían las obras que se sutentan en la vida privada: Camino de prefección (1937), Soledad (1944) y La iniciación (1966). En el otro grupo habría que incluir las obras cuya base es la vida social: Paramo (1944), Ojo de agua (1949), Camaradas (1959), ¡Viva México! (1968), La sangre vacía (1982) y El paraíso podrido (1986)

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