«He alcanzado mi sueño en la política, que fue ser alcalde de Xalapa», declaró Américo Zúñiga Martínez, alcalde de Xalapa, a la Asociación de Periodistas de Veracruz «APEVER, Noé Valdés». Dijo ante la puntillosa pregunta de Felipe Hákim, que su principal preocupación ha sido servir bien a los xalapeños y aspira “ser un buen ex alcalde, no busco nada más”, pero casi al unísono acotó: «sólo sí, posteriormente, hubiera algún ofrecimiento para una nueva responsabilidad pública, la estudiaré y resolveré en consecuencia».
Lo primero difícilmente se puede creer en alguien que trae la política en la sangre, que fue mecido y vivido en la cuna de la política. En alguien que ha pasado cada instante de su corta edad política entre sapos, alacranes y tepocatas. En alguien calificado por propios y extraños como uno de los contados hijos de políticos que fueron capaces de pasar la «prueba del añejo» en el estigmatizado gobierno de Fidel Herrera Beltrán.
La política es como la mafia, quién entra en ella no sale. Así que por más que le busco el lado de la sinceridad a las palabras de Américo, no se las compro. Por más que tenga tres hijos, una esposa emprendedora y muchos negocios particulares, no lo veo fuera de la política.
En lo referente al complemento de su respuesta, es imposible no leer en ella las tablas y el oficio político del vástago de don Guillermo Zúñiga, quién debió enseñarle que en la política no se enseñan las cartas, que los buenos políticos jamás anuncian sus planes, jamás enseñan sus armas, antes bien, se azorran y no asoman la cabeza. En boca cerrada no entran moscas. Ese «sólo de venir algo nuevo lo estudiaré y decidiré en consecuencia», lo confirma.
¿De dónde le vinieron esas tablas y colmillo al joven alcalde? No lo sé, pero puedo imaginar que fue educado para ello, y que Américo dejó entrever al agradecer a Edgar Hernández, las encomiásticas palabras dedicadas a su padre Guillermo Zúñiga Martínez. Dijo el alcalde que la vocación pedagógica de su padre fue factor decisivo para su crecimiento. «Mi padre me aconsejaba como padre, pero jamás como político… he tenido compañeros que llaman por teléfono a sus padres para que les ayuden a decidir, pero eso no sucedió en mi caso… mi padre supo inteligentemente respetar mi tiempo y mis decisiones».
Equivocarse es de humanos y forma; quien no aprende de sus propios errores, es muy posible que vuelva a tropezar con la misma piedra. Sólo Américo podrá saber cuándo, dónde y qué tantas veces se ha equivocado, y cuántos de sus yerros le han servido para crecer y madurar.
En la gestión pública es común escuchar el recitar de logros y planes, Américo lo hizo durante la extensa entrevista con la APEVER, pero algo llamó la atención. Cada hecho, cada acción u omisión que mencionó tuvo o tiene un propósito, un porqué, una intención; existió un criterio personal de por medio.
Algunos ejemplos: «El Ayuntamiento se maneja en la actualidad con finanzas sanas… No debemos nada… Pero no hemos buscado estar así para pedir más, sino por principios de disciplina financiera». «Hemos resuelto y negociado viejos laudos laborales en beneficio de los ex empleados y de las propias arcas municipales. Hay compromisos producto de la Bursatilización, hay compromisos y adeudos de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento, pero CMAS es un órgano desconcentrado en números negros, que funciona bien y buscamos mejorarlo”. “No soy partidario de la privatización del agua».
En demandas sociales como la de cerrar el primer cuadro de la capital, tampoco se ha desbocado para quedar bien y ganar popularidad. «El Centro no se ha cerrado porque ahí existen servicios básicos como la Cruz Roja y hospitales que requieren las vialidades. Creo que sí se podrán cerrar algunas calles, pero no es viable por ahora ponerlo todo como zona peatonal, podríamos comenzar con Leandro Valle”.
Otro punto que refleja su criterio personal es en el tema del Gasoducto. «Sé que el 80 por ciento de los jalapeños se opone y sería muy cómodo para mí, unirme a ultranza y ganarme los aplausos, pero siento que no sería ético. Creo que ha faltado información».
Convencer, más que imponer, es su lema. Como en el caso de la inversión por hacer en la Avenida Úrsulo Galván o con respecto a la posibilidad de instalar parquímetros a fin de incentivar las inversiones en estacionamientos. El Plan de Movilidad “lo pondremos a funcionar hasta que esté suficientemente fuerte en su aceptación social”.
En resumen, hay gobernantes que recitan y cuantifican logros y planes al alimón, pero también hay los que prefieren que los beneficios de sus decisiones perduren como lo que ha hecho en materia hidráulica. Pero la agenda de asuntos pendientes en Xalapa son demasiados. Hay temas de urgente resolución como el Periférico, calles de un solo sentido, frenar el anárquico crecimiento urbano, regular operación de estacionamientos, aplicación del reglamento de construcción para evitar la proliferación de edificios sin estacionamiento propio.
Xalapa ha sufrido exceso de grilla y falta de acción. Alcaldes como Reynaldo Escobar y su fallido Saneamiento que endeudó a los xalapeños y el problema que pensó solucionar ahí sigue; Ricardo Ahued desperdició su tiempo en señalarle errores a Reynaldo; a David Velasco no le cuajó ni uno solo de sus sueños guajiros ¡Ni uno solo!; Elízabeth Morales la perdió su tozudez y pleitos contra molinos de viento.
Mientras tanto, Xalapa sigue esperando.
¿Usted qué tipo de gobernantes prefiere?… ¿Qué tipo de alcalde quiere ser Américo Zúñiga? Quizá sería conveniente que se percatara que el tiempo se va volando y… no regresa. Y que cuando los sueños se vuelven realidad, hay que aprovecharlos, para no depender solo de las circunstancias.
A la reunión-desayuno-entrevista asistieron, Felipe Hákim, Francisco Saucedo, Atticuss Licona, Fernando Morales, Francisco Urbina Soto, Edgar Hernández, Sergio Villa, Carlos Ferráez Matus, Isabel Hernández, Gabriel Arellano López, Francisco Pérez Sosa, Alfredo Bielma Villanueva, Hipólito Cuevas Martínez, Brenda Caballero, Zaida Lladó Castillo (quien fue la moderadora) y Francisco Licona González. Se disculparon Leonor de la Millar, Billie J. Parker, Agustín Contreras Stein, Rubén Pabello, Francisco Rivera Zamudio, Orlando García, Edgar Avila, Melitón Morales y José Valencia.